Repsol pierde 487 millones de euros en el primer trimestre de 2020, frente al beneficio de 608 millones de euros que obtuvo en el mismo período del año anterior. La petrolera explica que estos números rojos se deben al efecto patrimonial que ha tenido el desplome del precio del crudo en el mes de marzo provocado por al crisis sanitaria.
El agujero en el patrimonio de la empresa se eleva hasta los 790 millones de euros, frente al resultado positivo de tres millones de euros que registró en el primer trimestre de 2019. "La variación se explica por la desplome de los precios del crudo durante el mes de marzo, como consecuencia de la rápida propagación de la covid-19 y su impacto en la demanda, así como por el exceso de oferta de crudo por la ausencia de acuerdos entre los países productores. Este efecto incluye adicionalmente el saneamiento de existencias de los crudos y productos", explica la compañía.
La deuda neta del Repsol a cierre del primer trimestre de 2020 se situó en 4.478 millones de euros, 258 millones más que al cierre 2019. La deuda ha estado impactada principalmente por la adquisición de 17,6 millones de acciones propias durante el trimestre. La liquidez del Grupo a cierre del primer trimestre de 2020 se situó en 8.088 millones de euros (incluyendo las líneas de créditos comprometidas no dispuestas) lo que supone 1,60 veces los vencimientos de deuda bruta en el corto plazo.
Demanda de hidrocarburos
"Nos encontramos en un momento marcado por un entorno exigente y frágil, donde los efectos de la covid-19 se ven reflejados significativamente en la demanda de hidrocarburos, dejando al mercado en una situación de exceso de oferta no vista en décadas y que lastra consigo los precios del petróleo", asegura la compañía.