Tan solo seis meses después de completar una ampliación de capital por importe 2.500 millones de euros el expresidente de Popular Ángel Ron recomendó a los consejeros de la entidad la venta del banco, según consta en las actas de la reunión del consejo de administración de la entidad celebrada el 17 de enero de 2017 a las que ha tenido acceso Vozpópuli.
Para Ron, que aprovechó el encuentro para mostrar su visión acerca del futuro de Popular, "mantener abierta" la posibilidad de acometer una operación corporativa era la "mejor fórmula" para garantizar los intereses de la entidad y de sus accionistas. A su parecer, realizar otra ampliación de capital, tras la efectuada en junio de 2016, era "desaconsejable" y preservar la independencia del banco suponía "riesgos incuestionables"; una opinión que, según indicó, era compartida por Emilio Saracho, con quien mantuvo contactos durante el proceso de sucesión.
Ante el consejo de administración que propició su salida de la entidad, Ron mostró sus dudas sobre si Popular podría afrontar en solitario las "duras" condiciones a las que se enfrenta en los últimos años el sector financiero (bajos tipos de interés, presión competitiva, litigios, digitalización...). También advirtió de la "presión" que estaba experimentando el banco por parte de los supervisores y del mercado, que cuestionaba entonces la capacidad de la entidad para cumplir con los objetivos planteados en su plan de negocio.
“Se impone el realismo y no caer en riesgos innecesarios”
"Se impone el realismo y no caer en riesgos innecesarios", esgrimió Ron, que tras doce años en la presidencia de Popular, concluyó que una operación corporativa era la "mejor recomendación" que podía ofrecer al consejo, a pesar de que su preferencia era que Popular se mantuviese como entidad independiente.
El sucesor de Luis Valls al frente de Popular también informó al consejo del "firme" interés que habían mostrado las grandes entidades españolas (Santander y BBVA) en adquirir el banco gracias a su negocio de pymes, a una capacidad "muy fuerte" de sinergias (superiores a 3.000 millones de euros) y la utilización de los créditos fiscales, entre otras razones.
De hecho, afirmó que el interés de los competidores era "máximo" pues les daba una oportunidad "única" para levantar capital e integrar un negocio de pymes que "ansían". No obstante, indicó que nunca llegó una oferta que reuniese las condiciones para ser compartida con el consejo de administración y que los contactos con el resto de entidades se interrumpieron tras el cambio en la presidencia.
Dudas de Arias (Pastor)
Tras la intervención de Ron, el expresidente de Pastor, José María Arias, preguntó al expresidente que "qué había cambiado a peor" para que en junio de 2016 recomendase una ampliación de capital y seis meses después defendiese que la mejor opción era la venta de la entidad.
En este sentido, Ron criticó que desde el verano el consejo había estado enfocado a los cambios y no había prestado la atención "conveniente" a diversos hechos y acontecimientos entre los que se incluía el Brexit, la victoria de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos o la "demora" en la toma de decisiones en relación a la ‘Operación Sunrise’, el plan de Ron para escindir en otra sociedad el negocio inmobiliario de Popular, lo que provocó que los resultados fuesen peores de lo estimado.
Durante la reunión, Ron también lamentó las filtraciones en prensa relacionadas con la entidad que se produjeron tras el verano de 2016 y que perjudicaron la imagen del banco, por lo que pidió unidad y "todo el apoyo" del consejo en torno a la figura de su sucesor, Emilio Saracho.