Cualquier ayuda es buena en la campaña electoral. Y si es la segunda mayor fortuna del mundo, mejor que mejor. Pedro Sánchez quiere emular a Emmanuel Macron y Giorgia Meloni con un apretón de manos con Elon Musk. El ‘jefe’ de Tesla está en plena búsqueda de una localización en el sur de Europa para levantar su segunda gigafactoría en el Viejo Continente. Valencia es una opción que ha ido perdiendo fuerza y el ahora candidato del PSOE quiere reconducir el proceso para reforzar su imagen de líder internacional.

El problema es, como explican fuentes conocedoras a Vozpópuli, que esta batalla por lograr una inversión de 4.500 millones de Tesla la ha liderado el presidente en funciones valenciano, Ximo Puig, mientras “Madrid estaba a otras cosas”. Puig dejará a partir de la semana que viene su cargo y presiona a Moncloa para que apure la campaña y avanzar con un acuerdo que, en el caso de conseguirlo, corre el riesgo de que los futuros gobiernos del PP se atribuyan todo el mérito. 

Sánchez acepta el reto porque la foto con Musk, junto con las primeras semanas de presidencia del Consejo de la UE, le dan energía en esta campaña. El máximo dirigente de Tesla visitó el pasado mes de junio Italia y Francia, donde se reunió con sus presidentes. El siguiente objetivo parece ser Portugal y donde el actual Gobierno español podría aprovechar la oportunidad. 

Tesla no ha querido valorar ante la consulta de este medio si existe esta posibilidad, tampoco Moncloa. Sánchez no podrá recurrir a sus ‘buenas relaciones’ con Joe Biden y la embajada de Estados Unidos para este enlace. Como explican conocedores de la burocracia comercial a este medio, está “muy mal visto” que una embajada estadounidense impulse una inversión y la generación de puestos de trabajo fuera de su territorio. Otro asunto es que, una vez instalados en España, se conviertan en los mayores defensores de “sus” empresas. 

Otro factor que dificulta este plan es que el Gobierno no puede tomar ninguna decisión relevante en plena campaña para captar el interés de Tesla y que corre el riesgo que un acto institucional sea descalificado por la propia Junta Electoral Central de España. A ello, se suma que existe un “parón burocrático”, habitual en estos casos, que no permite a los técnicos del Gobierno pelear con todos sus argumentos por lograr que Musk visite España y anuncie su fábrica en Valencia. 

Sánchez, su ministro y Seat

“A (Ximo) Puig le habría encantado cortar la cinta del proyecto de Tesla”, explican fuentes conocedoras de este proceso. “Existe ahora la voluntad de hacer una transición pacífica hacia el nuevo Gobierno de Carlos Mazón y no se extralimitará de sus funciones”, añaden. Esta es una de las explicaciones internas al "Pedro Sánchez se reunirá con Elon Musk, aunque no me corresponde a mí decirlo" que afirmó este miércoles el presidente valenciano en funciones.

Puig echa de menos más respaldo del presidente del Gobierno y, como recuerdan las mismas fuentes, del Ministro de Industria. Héctor Gómez ha concentrado su actividad en los tres meses que lleva con el cargo en la otra responsabilidad de su Ministerio: el turismo. Y Valencia y el asunto de Tesla no han ocupado ningún hueco en su agenda.  

Tampoco se esperaba mucho de Industria tras lo vivido con la gigafactoría de Sagunto que Volkswagen, donde el dueño de Seat estuvo cerca de abandonar el proyecto por la falta de entendimiento con el Ministerio. “Tanto ruido con Tesla tampoco es favorable para un proyecto de Volkswagen donde todavía hay mucho por hacer”, comentan. 

La urgencia para Madrid es la foto, porque en dos semanas de campaña hay que exprimir cualquier oportunidad. Por su parte, el plan de Musk es tantear a todos los países para que peleen por conquistarle con energía barata y las mejores condiciones económicas para su proyecto. Y, cualquier foto con un candidato, activaría a sus competidores para mejorar sus ofertas. 

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