El Santander nunca puso cifra a la reestructuración de su plantilla con la integración de Banesto y Banif. Tras dos primeros meses de fusión, ya se dibuja la primera cifra. El grupo que preside Emilio Botín ha adelgazado su estructura en España en un total de 936 trabajadores, según fuentes sindicales. Más de la mitad (650 empleados) mediante la vía de las prejubilaciones. El resto, 286 trabajadores, se han acogido voluntariamente al plan de bajas incentivadas, según comunicó el pasado jueves el banco a los representantes de los trabajadores.
El pasado 28 de junio se cerró el plazo de 20 días concedido por la entidad para que los trabajadores que quisieran voluntariamente se pudieran acoger a la baja incentivada. Sin embargo, los sindicatos también confirman que han existido algunos casos en los que el Santander ha invitado al trabajador a abandonar la entidad mediante un pacto.
A mediados del pasado mes de mayo Santander abrió el plazo de prejubilaciones y se cerró aproximadamente un mes después. En este periodo se han adherido a este plan 650 empleados de toda España, según explican fuentes sindicales. Sin embargo, estas fuentes no descartan que puedan producirse nuevos procesos de prejubilaciones en próximos ejercicios. La edad necesaria para poder acogerse a esta vía, en el proceso ya cerrado, era tener cumplidos ya 58 años, salvo en el caso de Madrid, donde la existencia de los servicios centrales de Banesto, ha reducido esta exigencia hasta los 55 años.
Entidad y sindicatos han estado negociando una mejora de las condiciones fiscales para que todos aquellos que han decidido acogerse a las bajas incentivadas puedan aprovecharse de todas las ventajas que contempla la ley: exención del máximo legal, y tratamiento como renta irregular (es decir, exención del 40%) de la diferencia hasta los 50 días. (Sin este proceso, al tratarse de bajas voluntarias, la legislación obligaría a tributar la totalidad de la indemnización como renta regular y además no se percibiría prestación por desempleo).
Las salidas de los empleados que toman la vía de las bajas incentivadas se concretarán, con toda probabilidad, el próximo 2 de agosto
Los sindicatos dan por cerrado el expediente de regulación de empleo (ERE) en cuanto a las bajas incentivadas para todo el proceso de reestructuración que está sufriendo el grupo con sede en Boadilla y que está previsto que culmine en 2015. "No se prevén nuevas ofertas de bajas incentivadas por parte del banco por lo que pensamos que el ERE ya está concluido. Las únicas bajas en el futuro parece que sólo se efectuarán mediante prejubilaciones", explican los sindicatos.
Los representantes de los trabajadores plantearán algunas mejoras en las condiciones de salida, como la rebaja del tipo de interés previsto para los préstamos tras la desvinculación, y la ampliación del plazo legal de 6 meses de la empresa de recolocación, hasta que ésta se produzca efectivamente.
La ley establece que entre la apertura del período de consultas y la extinción efectiva de los contratos han de transcurrir un mínimo de 30 días, lo cual significa que las bajas se concretarían el próximo 2 de agosto. Plantearemos al Banco que se adopte alguna medida que permita el cese en el trabajo lo antes posible, sin perjuicio económico para las personas. La próxima reunión tendrá lugar el martes día 9 de julio.
El plan de la entidad suponía el cierre de unas 700 sucursales de ambas redes antes de finales de 2014 y el ahorro de 520 millones en tres años.