La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) prepara la concesión de los 33 millones de euros solicitados por Ferroglobe al fondo de rescate del organismo público, en un momento en el que los altos precios de la energía amenazan la actividad de las fábricas de la división española del grupo presidido por Javier López Madrid.
La Sepi avanza en la gestión de la concesión de la ayuda requerida por la compañía y, de acuerdo a fuentes conocedoras del proceso, esta previsiblemente se ejecutará antes de fin de año.
La multinacional controlada por Grupo Villar Mir (posee cerca del 50% del capital) ha experimentado durante este año una tendencia positiva impulsada por el incremento del precio de las materias primas.
Ferroglobe cuenta con 26 fábricas en el mundo, cotiza en el Nasdaq, y emplea a 3.200 personas (700 en España)
En el segundo trimestre del año Ferroglobe, uno de los líderes mundiales en la fabricación y comercialización de silicio metal -empleado en la industria química, electrónica, en la energía solar y también en la del aluminio- registró sus primeros beneficios desde 2018.
El valor en Bolsa de la empresa (cotiza en el Nasdaq) se ha disparado este año, desde los 1,58 dólares por acción del pasado mes de enero, a superar en la actualidad los siete dólares por título.
El grupo -con 26 fábricas en el mundo, repartidas por Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Argentina, Francia, España, Noruega, Sudáfrica y China- ha reestructurado deuda, renovado el equipo ejecutivo y su plan estratégico.
La multinacional "evalúa a diario la situación" de sus fábricas españolas, en las que ha parado dos hornos
Pero, a pesar de las buenas perspectivas, en España la compañía, al igual que otras empresas industriales, difícilmente puede rentabilizar la producción con los altos precios actuales de la energía.
El factor del precio energético representa entre un 25% y un 35% del coste total de la producción del silicio metal, estiman expertos del sector consultados.
Ferroglobe, con una plantilla de 3.200 personas, cuenta con actividad metalúrgica en sus fábricas españolas de Boo (Cantabria), Sabón (A Coruña) y Monzón (Huesca); y explota las minas de cuarzo gallegas situadas en Esmeralda, Serrabal, Sonia, y Conchintina.
El grupo, que ha anunciado el cierre de dos fábricas en Francia, ha parado temporalmente un horno en Boo y otro en Sabón. Desde la compañía, que emplea a 700 personas en España, se indica que se está "evaluando la situación a diario".
La ayuda del fondo de la Sepi solicitada por Ferroglobe bajo, entre otros, los argumentos de constituir una empresa estratégica para las regiones en las que está operando, también por la materia prima con la que trabaja, y las pérdidas ocasionadas por la crisis sanitaria, evitaría posibles cierres u otros parones de la producción no deseados.