Los 400.000 accionistas de Bankia que han perdido buena parte de sus ahorros en los doce meses transcurridos desde su salida a Bolsa, tendrán que esperar sentados si aspiran a que el Congreso aclare las causas de sus desgracias en este naufragio bursátil. Ayer se esperaba que la presencia de Miguel Ángel Fernández Ordóñez arrojara alguna luz sobre las circunstancias precisas en que la entidad se asomó al mercado, pero el ex gobernador del Banco de España se lavó las manos sin que ningún grupo parlamentario le pusiera contra la pared. “La salida de Bankia a Bolsa es una responsabilidad de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el Banco de España lo único que pudo hacer es garantizar que las fusiones se habían estudiado cuidadosamente…”. Pero ni siquiera en las fusiones de Cajamadrid con el resto de las cajas regionales, Bancaja entre ellas, tuvo, según la versión de MAFO, un protagonismo decisivo el regulador. De hecho, recordó que Unicaja rechazó la integración con Caja Castilla-La Mancha y que CajAstur vetó también la operación con la Caja de Ahorros del Mediterráneo sin que el Banco de España pudiera forzar nada. “¡Pero como va a ser el Banco de España, por favor!”, respondió Ordóñez con aires de enfadado a un diputado que le colocó como artífice de alguna de estas fusiones, realizadas, según dijo en su día la presidenta madrileña Esperanza Aguirre, “a punta de pistola”. El interesado comentó que sus señorías pueden estar tranquilas, ya que el Banco de España "no tiene pistolas".
El ex gobernador asegura que el Banco de España "no tiene pistolas" para forzar fusiones bancarias
Después de tirar piedras contra la CNMV – la relación entre su actual presidente, Julio Segura, y MAFO nunca fue buena – el ex gobernador se limitó a admitir que lo único que hizo fue “no oponerse” a la salida e Bankia a Bolsa. Y como escudos protectores eligió también a Asesores Financieros Internacionales, firma presidida por Emilio Ontiveros, y a la consultora Deloitte, presidida por Fernando Ruiz, que informaron junto a otras 15 empresas “prestigiosas y de gran respeto profesional” del plan de integración. Si sus previsiones no se cumplieron, abundó MAFO, fue porque la economía se deterioró a pasos agigantados sin que nadie, ni siquiera el propio servicio de Estudios del Banco de España, avisara de la llegada de la segunda recesión. Y también porque los decretos del Gobierno donde se exigieron más provisiones impactaron “seriamente” en la entidad.
El ex gobernador tampoco dejó en buen lugar al actual Gobierno. Según su versión, él estaba a punto de alcanzar un acuerdo con el ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato para que siguiera al frente de la entidad sin poderes ejecutivos con tal de “no hacer ruido” y evitar la siembra de la desconfianza en todo el sistema financiero. Pero sus planes se desbarataron, argumentó, porque cuando el Banco de España estaba preparando el plan de recapitalización de la entidad, el Ministerio que dirige Luis de Guindos tomó el control de la situación y cesó a Rato. A su juicio, un paso equivocado: “Nosotros nunca estuvimos a favor de cesar al señor Rato; creo que es una personalidad internacional y que es un error que se haya ido, se le podría haber dejado como presidente y haber nombrado una lista que teníamos, que empezaba por el señor Goirigolzarri y seguía por otras personas, y haber hecho caso a la gestión”.
"Nosotros nunca estuvimos a favor de cesar al señor Rato, no queríamos sembrar la desconfianza en todo el sistema financiero"
MAFO tampoco se mojó con el papel que desempeñó el Banco de España en el plan de recapitalización de Bankia. En este contexto, dijo que optó por evitar “el desastre en España” al no rechazar este plan, pero que condicionó su aprobación a que Rato dejara de tener poderes ejecutivos. En otros treinta casos, presumió, sí que decidió cesar a los presidentes de otras tantas entidades. “Hemos cesado a treinta presidentes de entidades muy importantes, pero hasta ahora no se ha armado ruido. ¿Por qué? Porque el Banco de España actúa con discreción”, señaló MAFO, en clara alusión al estruendo que rodeó la intervención de Bankia y la salida de Rato de la entidad tras la actuación del ministro Luis de Guindos.
Por último, el ex gobernador evitó contestar a los diputados si considera o no ajustados los 19.000 millones de euros exigidos por José Ignacio Goirigolzarri, el nuevo presidente de Bankia, para reflotar la firma. En su opinión, eso hay que preguntárselo al interesado y a Luis Linde, que desfilarán por el Congreso en otoño.
MAFO pone en duda que la recapitalizción pendiente de la Banca vaya a costar "solo" 60.000 millones de euros
Los parlamentarios de la Comisión de Economía despidieron al ex gobernador con la impresión de que se les fue vivito y coleando. Tanto es así, que el portavoz del PP, Vicente Martínez Pujalte, le intentó dar sin éxito la estocada final con esta pregunta: “¿Realmente cree que siendo supervisor seis años hay que remontarse a ocho para buscar alguna responsabilidad en la nacionalización de varias entidades con el coste de 60.000, 70.000 u 80.000 millones para los ciudadanos?”. Ultima respuesta de MAFO en sede parlamentaria: “Ójala que a España le cueste solo la cifra que ha dicho usted de 60.000 millones, a la vista de todo lo que les ha costado a otros países [la reforma financiera], porque no olvide que otros países no tienen una deuda del 200% del PIB. Por lo tanto, vamos a hacer todo lo posible para no echar leña al fuego…”. Y se marchó tan campante, seguramente en la creencia de haber prestado un nuevo servicio al Estado.