No hay ya marca que se haya resistido al segmento SUV. La demanda de este tipo de modelos abarca ya todo tipo de carrocerías, desde pequeños modelos de dimensiones claramente urbanas a grandes carrocerías que llegan a superar los cinco metros de longitud. Un segmento en plena ebullición que no da respiro a las marcas con lanzamientos de nuevos modelos o renovando aquellos que ya llevan algunos años en el mercado.
Uno de los que supone novedad completa es el Mokka, un modelo que nada tiene que ver con su predecesor y que llega además como expresión de la nueva imagen que Opel quiere impulsar en su gama, algo que sin duda le hacía falta, y mucho, a la marca alemana.
Seat, por su parte, estrena en su modelo más emblemático la tecnología enchufable, mientras que Subaru llega ahora a la sexta generación de su no menos emblemático Outback, aunque lo hace sin entrar en nuevas tecnologías en lo que a sistemas de propulsión se refiere y se mantiene fiel a su motor de gasolina bóxer de cilindros opuestos.
Opel Mokka 1.2 Turbo 130 AT8
El Mokka no es solo una nueva generación del pequeño SUV de Opel, sino que representa la nueva imagen de la marca que busca dotar con ella de una personalidad mucho más actual y más definida a todos sus futuros modelos. Salta a la vista que supone una gran revolución estética para una marca que en los últimos años no se ha caracterizado por sus diseños, sí por su tecnología, y que busca ahora acercarse a un cliente que valore también una imagen más acorde al siglo XXI.
Sin duda que nada tiene que ver este nuevo Mokka con su predecesor, el Mokka X, y a simple vista destaca tanto el novedoso diseño frontal como una zaga mucho más atractiva, así como un interior plenamente actual marcado por la presencia de grandes pantallas digitales para la abundante información que puede llegar a mostrar. Un interior condicionado en lo que a la habitabilidad se refiere al diseño, y que por ello no resulta especialmente amplio en sus plazas traseras ni en la capacidad de su maletero, que llega a los 350 litros y se queda algo por debajo de sus rivales. Delante sí se disfruta de amplitud y mucho confort, con una postura de conducción perfecta para largas jornadas al volante y un tacto muy agradable de todos sus mandos, que mantiene algunos como el de la climatización en lugar de incluirlos en la pantalla táctil como en algunos modelos del grupo como Peugeot.
Una vez al volante, con asientos que sujetan de forma correcta y ofrecen mucho confort, iniciamos la marcha descubriendo enseguida que este nuevo Mokka es nuevo de verdad. En ciudad resulta muy agradable de conducir por sus dimensiones (mide solo 4,15 metros de longitud) y por una dirección que se maneja con muy poco esfuerzo. Sólo falla en una visibilidad trasera algo limitada por los pilares posteriores. Afortunadamente incluye de serie una cámara trasera de ayuda al estacionamiento que facilita mucho las maniobras.
En carretera tiene una suspensión más bien firme que puede limitar algo el confort sobre carreteras que no estén en muy buen estado, especialmente en el eje posterior. A cambio, se puede circular a muy alto ritmo por carreteras de curvas sin que el balanceo de la carrocería sea grande. La dirección ofrece mucha precisión y confianza entre curvas y los apoyos firmes en curva hace que sea muy fácil moverse entre curvas con mucha agilidad.
El motor tricilíndrico de 130 CV asociado al cambio automático de ocho velocidades contribuye mucho a esa conducción tan dinámica que muestra el Mokka. Ofrece una buena respuesta desde bajo régimen, sube de vueltas con facilidad y la suavidad del cambio hace que además la conducción resulte muy agradable. Mantiene con facilidad altos ritmos a la hora de viajar y, además, lo hace con unos consumos muy ajustados, ligeramente por encima de los 6,5 l/100 km a velocidades de marcador de entre 130 y 140 km/h.
FICHA TÉCNICA:
VERSIÓN Mokka 1.2 Turbo 130 AT8 GS Line ; MOTOR Gasolina, 3 cilindros, turbo; CILINDRADA 1.199 cm3; POTENCIA MÁXIMA 130 CV a 5.500 rpm; PAR MÁXIMO 230 Nm a 1.750 rpm; VELOCIDAD MÁXIMA 200 km/h; ACELERACIÓN 0-100 KM/H 9,2 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 6,8 l/100 km; AUTONOMÍA 650 km; DIMENSIONES 4.151 / 1.791 / 1.534 mm; NEUMÁTICOS 215/60 R 17; PESO EN VACÍO 1.295 kg; MALETERO 350 l; PRECIO 27.550 €
Seat Tarraco eHybrid
Tiene un precio similar al de otras versiones de la gama diésel o gasolina de similar potencia, pero ofrece el atractivo de su tecnología híbrida enchufable y la capacidad de poder circular en modo 100% eléctrico en recorridos urbanos e interurbanos en distancias de entre 40 y 50 kilómetros según la eficiencia con la que conduzcamos. Sólo está disponible en versión de tracción delantera y con interior de cinco plazas a diferencia del resto de la gama que pueden tener siete plazas.
Es el segundo modelo de la marca tras el León en ofrecer esta tecnología tan demandada, un Tarraco eHybrid cuyo sistema de impulsión está compuesto por un motor de gasolina turbo de 150 CV y otro eléctrico de 116. Entre ambos producen 245 CV y 400 Nm de par máximo, y van conectados a una caja de cambios automática de doble embrague con seis relaciones. La batería, que va colocada bajo los asientos de la segunda fila, es de iones de litio y tiene 13 kWh de capacidad y para su recarga son necesarias casi seis horas en un enchufe convencional a 2,3 kW o algo menos de cuatro en uno de 3,7 kW.
Iniciamos la marcha y, por defecto, siempre que la batería tenga un mínimo de carga, funciona con propulsión eléctrica bajo el modo e-Mode, en el que homologa una autonomía eléctrica de hasta 49 kilómetros que, a lo largo de nuestras pruebas, hemos podido comprobar que es posible acercarse mucho a esa cifra, eso sí, bajo unas condiciones de conducción suave tratando de dosificar el acelerador para maximizar cada kW. Un modo en el que el Tarraco puede alcanzar una velocidad máxima de 140 km/h con lo que moverse fuera de la ciudad en modo eléctrico es muy factible.
Iniciamos la ruta dejando atrás la ciudad y bastan pocos kilómetros para percibir que la conducción del Tarraco e-Hybrid resulta sencilla y, sobre todo, muy agradable por la suavidad mecánica y el silencio de marcha. A la calidad de rodadura que la propulsión eléctrica aporta, está también la propia del Tarraco por pisada, comportamiento y confort interior, en el que se disfruta de mucha amplitud y de una gran sensación de calidad.
Modo eléctrico al margen, los modos de conducción Eco, Normal y Sport permiten modificar el tacto de conducción, ajustando la respuesta de la amortiguación activa, la dirección o el acelerador. En cualquier caso, con el modo Eco el Tarraco se mueve ya con mucha solvencia. Cuando la batería se agota entra el modo Hybrid en el que la eficiencia del sistema permite moverse a buen ritmo con muy ajustados consumos para tratarse de un SUV del peso, dimensiones y potencia de este Tarraco híbrido enchufable. Puedes llegar a lograr cifras de unos 6 l/100 km si te lo propones manteniendo ritmos estables, pero tampoco se disparan en absoluto cuando nos movemos a velocidades más elevadas.
En los casi 500 kilómetros de nuestro recorrido manteniendo cruceros de marcador de entre 130 y 140 km/h el consumo se quedó ligeramente por encima de los siete litros. Si buscas aprovechar sus 245 CV activando el modo Sport y practicando una conducción alegre, disfrutarás de una sorprendente viveza en recorridos virados, con una dirección muy rápida y un contenido balanceo de la carrocería. No es un SUV deportivo, pero sí muy dinámico.
FICHA TÉCNICA:
VERSIÓN 1.4 eHybrid FR; MOTOR Gasolina, 4 cilindros + eléctrico de 116 CV; CILINDRADA 1.395 cm3; BATERÍA 13 kWh; POTENCIA CONJUNTA 245 CV; PAR MÁXIMO 400 Nm; VELOCIDAD MÁXIMA 205 km/h; ACELERACIÓN 0-100 KM/H 7,5 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 7,3 l/100 km; AUTONOMÍA 615 km; DIMENSIONES 4.735 / 1.839 / 1.658 mm; NEUMÁTICOS 255/45 R 19; PESO EN VACÍO 1.868 kg; MALETERO 610 l; PRECIO 46.730 €
Subaru Outback 2.5i
La sexta generación del Outback mezcla personalidad SUV y turismo familiar a la vez, un modelo que llega muy renovado con una sola mecánica disponible, un motor “clásico” en la marca como es el bóxer de cuatro cilindros, con 170 CV, y asociado a un cambio automático y a la tracción a las cuatro ruedas seña de identidad de la marca. No es un todoterreno, pero con la tracción total, una buena altura libre al y unos ángulos de entrada y salida mejores que la mayoría de los SUV, permite llegar en campo más lejos que lo habitual en el segmento.
En parte por ello no tiene las reacciones ágiles en curva de otros modelos, pero en general, transmite la sensación de ir en un SUV sólido, confortable y práctico, esto último debido a un interior particularmente amplio. Además, el maletero llega a los 522 litros de capacidad, con mucho fondo y mucha anchura para poder acoplar con facilidad el equipaje.
Un confort de marcha muy elevado que le convierte en un perfecto rodador de largas distancias, con un motor que rinde satisfactoriamente con sus 170 CV pero con un único pero, sus consumos. Es uno de sus pocos puntos débiles, pues no tiene buena relación entre lo que corre y lo que consume. Y es que a ritmo normal, manteniendo cruceros de entre 130 y 140 km/h de marcador es fácil estar sobre los 9 l/100 km y difícil hacerlo bajar de 8 l/100 km incluso en una conducción más tranquila.
Eso sí, su conducción resulta muy agradable por la suavidad de funcionamiento del cambio automático de variador continuo, aunque cuando se busca rápidas aceleraciones por ejemplo a la hora de realizar un adelantamiento el ruido que llega al interior es algo elevado. Justo al contrario, a velocidad sostenida es un cambio muy cómodo ya que normalmente hace que el motor funcione a un régimen muy bajo donde resulta muy silencioso.
FICHA TÉCNICA:
VERSIÓN 2.5i Lineartronic Trek; MOTOR Gasolina, 4 cilindros, atmosférico; CILINDRADA 2.498 cm3; POTENCIA MÁXIMA 170 CV a 5.000 rpm; PAR MÁXIMO 252 Nm a 3.800 rpm; VELOCIDAD MÁXIMA 193 km/h; ACELERACIÓN 0-100 KM/H 10,2 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 8,9 l/100 km; AUTONOMÍA 710 km; DIMENSIONES 4.870 / 1.875 / 1.675 mm; NEUMÁTICOS 225/60 R 18; PESO EN VACÍO 1.716 kg; MALETERO 522 l; PRECIO 39.500 €
