Telefónica ha reducido a la mitad su número de empleados en España. Si en 2016, momento en el que José María Álvarez-Pallete se hizo con la presidencia de la corporación de telecomunicaciones, la plantilla estaba formada por 33.440 personas, cuando concluya el recientemente anunciado Plan de Suspensión Individual (PSI), esta cifra quedará fijada en unos 18.500 puestos de trabajo, un recorte prácticamente del 100%.
Estos planes de bajas incentivadas se han producido cada dos años desde 2015: 2015, 2019, 2021 y 2023. El objetivo del operador de telecomunicaciones es tener cerrado el plan antes de fin de año. La convocatoria se ha abierto para un total de hasta 5.000 empleados, según ha avanzado Expansión, pero las previsiones apuntan a que serán unos 2.500 trabajadores de Telefónica -según los sindicatos- quienes se acabarán sumando a la iniciativa.
Las mismas fuentes sindicales apuntan a que los trabajadores que se podrán adherir a este plan serán los nacidos en 1967 y 1968, si bien es posible que puedan sumarse adicionalmente otros trabajadores que cumplían con los criterios de los anteriores PSI.
En concreto, en el último plan de bajas incentivadas aprobado en 2021 Telefónica ofrecía hasta el 68% del salario, abonando la cuota de la seguridad social del empleado hasta su jubilación, el pago del plan de pensiones y el seguro médico. Se adhirieron al mismo 3.000 trabajadores de un máximo de 4.000 y el coste del mismo fue de unos 1.400 millones de euros.
Telefónica quiere cerrarlo antes de fin de año
El operador de telecomunicaciones pretende cerrar el Plan de Suspensión Individual antes de que finalice al año. Esto se debe a que más pronto que tarde la empresa debe ponerse en contacto con los trabajadores para negociar un nuevo convenio laboral.
El actual expira el 31 de diciembre de este año y la intención de los sindicatos y la corporación azul es aprobar uno nuevo y que "tenga una vigencia de tres o cuatro años", explican desde los sindicatos a Vozpópuli. Es algo que interesa se haga especialmente cuanto antes a la dirección de la teleco. El año que viene se cumplen los cien años de la fundación de la compañía y la intención de Pallete es que la celebración sea lo más tranquila posible.
El operador, según las mismas fuentes, hará una provisión de 1.000 millones de euros para acometer este plan. A esta cantidad hay que sumar otros 200 millones de euros de otro plan de salidas incentivadas, pero en este caso para la parte corporativa, que afecta a empleados de nivel medio-alto y de la esfera de José María Álvarez-Pallete. El objetivo del operador es ir fusionando divisiones para eliminar puestos duplicados y ajustar la gestión al máximo para mejorar los números en la medida posible.
La facturación de los últimos nueve años
El ritmo al que se ha ido recortando empleo en España no tiene un reflejo directo en los resultados de la compañía en nuestro país. En 2015, cuando se aprobó el primer Plan de Suspensón Individual de los últimos diez años, los ingresos en España alcanzaban los 12.402 millones de euros. En la actualidad la facturación de Telefónica es de 12.497 millones de euros, según los informes anuales públicos del operador.
Detrás de este estancamiento se encuentra, según fuentes de los grandes operadores, las condiciones establecidas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para los Operadores Móviles Virtuales (OMV), aquellos de pequeño tamaño (Digi Mobil, Avatel, Finetwork...) que dan servicio alquilando la red a los grandes (la propia Telefónica, Orange, Vodafone, MásMóvil, etcétera). En opinión de las compañías incumbentes, estas condiciones no les permiten hacer negocio, y se ven obligadas a bajar el precio de las tarifas al ritmo que lo hacen las pequeñas corporaciones, sin generar apenas ingresos.
La facturación desciende de una forma más acentuada si se observa la compañía a escala internacional. Telefónica está presente en Reino Unido, Alemania, Brasil y otros países de Latinoamérica. En 2015 la teleco obtuvo unos ingresos globles de 57.700 millones de euros. En la actualidad este indicador no alcanza los 40.000 millones de euros (en concreto, 39.993 millones de euros), lo que significa que prácticamente en la última década se ha dejado casi 18.000 millones de euros.