Por segundo año consecutivo, en 2016 el número de muertes superó al de nacimientos, aunque por poco. Así lo registra la encuesta de 'Movimiento Natural de la Población' difundida este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El número de nacimientos disminuyó un 2,8% respecto a 2015; pero, para más inri, el número de defunciones también cayó un 3,2%.
Estos datos consolidan la crisis demográfica en la que se suma España, donde cada vez se vive más y nacen menos, una tendencia al alza que hace peligrar las pensiones de cara a un futuro no muy lejano.
El pasado año sólo nacieron 408.384 niños, 11.906 menos que en 2015 (2,8 %); mientras que, en la misma fecha, murieron 409.099 personas, el 3,2 % menos. La diferencia entre muertes y nacimientos (crecimiento vegetativo) refleja una pérdida de población de 259 personas en 2016.
Un saldo negativo que, advierte el INE, es mucho mayor si se descuentan los nacimientos que tienen lugar en España de madres que no residen en nuestro país, con una pérdida de población de 715 personas.
Además, la caída del número de nacimientos es más alarmante aún si se echa la vista atrás: desde 2008, cuando se produjo el máximo histórico en 30 años con 519.779 alumbramientos, el descenso es del 21,4 %.
Las mujeres tienen menos hijos que nunca en todas las comunidades menos Canarias, donde se mantiene en una tasa invariable. Por el contrario, Castilla y León es la más perjudicada, con una caída del 4,3%, seguida de Aragón (-3,8%), Comunidad Valenciana (-3,7%), Cataluña (-3,6%) y Madrid (-3,4).
Esto se suma al último informe publicado por el Banco de España, que confirma que el déficit del Sistema de la Seguridad Social español alcanzó un 1,5% del PIB español por el incremento del gasto en pensiones contributivas.
Así confiesan que el sistema público de pensiones español “se enfrenta a retos importantes” causados por un aumento significativo de la longevidad y, consecuentemente, de la proporción de la población en edad de jubilación.
