El turismo sigue siendo uno de los principales motores de la economía española, pero sufre los estragos de la tormenta que ha azotado al modelo de 'sol y playa' este año. El efecto Brexit, la desaceleración económica en Europa, la recuperación de otros países del Mediterráneo y la quiebra del turoperador más antiguo del mundo han lastrado el turismo en nuestro país, especialmente en las Islas Canarias y Baleares.
Por un lado, el número de visitantes británicos ha caído en términos interanuales. Según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su Encuesta de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur), España recibió en octubre un 4,41% menos de turistas procedentes del Reino Unido respecto al mismo mes de 2018. La tasa de variación ha sido negativa en todos los meses del año, salvo en enero, febrero y abril, cuando se celebró la Semana Santa.
Esto se debe, entre otros motivos, a la incertidumbre que ha generado en este mercado -el principal emisor de turistas a España- un posible Brexit duro. La patronal turística Exceltur calculaba hace meses que el sector en España podría sufrir una pérdida de 1.349 millones de euros en 2020 de producirse una salida sin acuerdo del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
El turoperador también tenía una fuerte presencia en Alemania, el segundo país que más turistas envía a España, aunque en este caso la variación ha sido más acusada. La primera gran caída de turistas alemanes en España se vivió en mayo (-8,75%), un golpe duro que se repitió en agosto (-10,70%), septiembre (-7,15%) y octubre (-8,33%). En esto también han tenido que ver los 'nubarrones' de recesión que acechan sobre la economía germana.
Por otro lado, muchos británicos y alemanes han seguido viajando, pero no han elegido a España como destino. Esto se debe a la recuperación de otros países del Mediterráneo hasta ahora con problemas de seguridad o financieros, como Turquía, Túnez, Egipto o Grecia. Estos ofrecen experiencias similares a un precio más económico, lo que ha despertado de nuevo el interés de los turistas.
En este sentido, desde la patronal hotelera CEHAT explican que aunque la llegada de alemanes ha caído este año alrededor de un 12% respecto a 2018, con descensos también en las visitas de los nórdicos (-9%), franceses y británicos (-4%); el golpe se ha amortiguado con el incremento experimentado en el mercado norteamericano (+13%), ruso (+9%), portugués (+8,4%) e italiano (+5,5%).
Impacto directo en la economía
Una balanza que la industria y el propio Gobierno esperan que se vea compensada en términos macroeconómicos. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la aportación del turismo al Producto Interior Bruto (PIB) alcanzó los 147.946 millones de euros en el año 2018. Esta cifra supuso el 12,3% del PIB, una décima más que en 2017.
Sin embargo, el INE no mide el crecimiento del PIB turístico, sino su aportación al nacional. Sí lo hace la patronal del sector Exceltur a través del Indicador Sintético del PIB Turístico de Exceltur (ISTE), que ha moderado drásticamente su ritmo de crecimiento en los últimos años. Concretamente, ha pasado de un 4,6% en 2017 al 1,8% en 2018 y al 1,4% previsto para este año.
El socio responsable de Turismo, Transporte y Servicios de la consultora PwC España, Cayetano Soler, alerta de la "elevada preocupación" por esta reducción. "Desde 2010 el PIB turístico ha crecido por encima del PIB nacional, siendo un claro generador de riqueza y empleo, pero este año la previsión es que se quede en un 1,4%, lo que evidencia que algo no va bien", señalaba el experto.