Economía

Cataluña planea una fábrica de chips con 200 nuevos empleos y subvenciones Perte

Las ayudas del Perte de microelectrónica y semiconductores podrían dar salida a un proyecto en Cataluña para montar una fábrica de microchips

  • La futura fábrica de chips en Cataluña supone una inversión superior a los 300 millones de euros

La falta de chips ha sido en los últimos años todo un lastre para la industria de automoción y son muchos los proyectos que están surgiendo para evitar la excesiva dependencia de los mercados asiáticos. Con la segunda convocatoria del Perte del automóvil, prevista para arrancar este mismo mes de junio y que contempla dos líneas de actuación (una para el ecosistema de baterías y otra para proyectos individuales con impacto en los distintos eslabones de la cadena de valor de los vehículos eléctricos), el gobierno de Cataluña ha presentado el proyecto de una planta de diseño y prototipaje de chips. Estaría ubicada en Cerdanyola del Vallès (Barcelona) y que comenzaría a operar en 2026, dos años después del inicio de las obras para construirla (en 2024). La planta ocuparía unos 2.000 metros cuadrados y crearía 200 nuevos empleos.

Ha sido en las jornadas anuales del Cercle d'Economia donde el presidente catalán, Pere Aragonés, ha dado a conocer que desde hace unas semanas el Estado tiene sobre la mesa un proyecto concreto para que Cataluña acoja esa nueva planta de prefabricación de chips.

Fuentes del govern han asegurado a Efe que el ejecutivo catalán ha hecho ya llegar al ministerio de Economía "una primera propuesta" y que en cuestión de días presentará la definitiva.

El proyecto se financiaría mediante el Perte de microelectrónica y semiconductores y Aragonés cifra en unos 300 millones de euros el montante necesario para hacerlo realidad, aunque otras fuentes sitúan la cifra final algo por encima.

Este Perte, con el que el Gobierno central quiere movilizar 12.250 millones de euros hasta 2027 y uno de cuyos cuatro apartados tiene que ver con la construcción de plantas de fabricación, se lanzó por "la necesidad de incrementar la capacidad de producción de semiconductores con el objetivo de lograr autonomía estratégica en España y en la Unión Europea".

Y es que los chips son pequeñas piezas de material semiconductor que pueden tener múltiples aplicaciones, para vehículos eléctricos y cargadores, soluciones de energía renovable, ordenadores, móviles, satélites o centros de datos. Además, son un elemento cada vez más crucial, como han puesto de relieve los problemas en el suministro vividos a raíz de la crisis de la covid-19.

Operar en tres años

Fuentes conocedoras del proyecto han explicado que la iniciativa nació del impulso de Barcelona & Partners -agencia para atraer inversiones vinculada a la asociación Barcelona Global- y el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) -participado por la Generalitat, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)-.

Entre los promotores también se cuentan al Instituto de Microelectrónica de Barcelona (IMB), al Sincrotrón Alba -cuyos terrenos albergarían las instalaciones- y al Instituto de Ciencias Fotónicas de Barcelona (ICFO).

Si el proyecto es seleccionado para recibir financiación del Perte -la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha dado por hecho esta semana que Barcelona jugará un rol "de líder clarísimo"-, la construcción de la planta empezaría en 2024 y esta comenzaría a operar en 2026.

Una vez en marcha, contaría con una plantilla de 200 trabajadores, y los promotores estiman que en sus primeros cinco años en funcionamiento en la planta se fabricarían unos 15.000 chips.

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