Economía

Incrementar un 1% la cuota de combustibles líquidos renovables equivaldría a 400.000 coches eléctricos

Un informe de diversas asociaciones de la cadena de valor de los combustibles líquidos señala que aumentar su cuota un 1% sería equivalente a poner en las calles 425.000 coches eléctricos.

Suprimir el Impuesto Especial de Hidrocarburos a los renovables tendría un coste menor que los incentivos a los vehículos electrificados.

Los combustibles renovables han vuelto a coger peso como solución de futuro para evitar la desaparición de los motores de combustión y como alternativa a los coches eléctricos puros, estancados en sus ventas en lo que llevamos de año.

Un informe de la consultora NTT Data para la Plataforma para los Combustibles Renovables -que integra a 29 asociaciones de toda la cadena de valor de los combustibles líquidos- señala que incrementar apenas un 1% adicional la cuota de combustibles líquidos renovables equivaldría a nivel de reducción de emisiones a poner en las carreteras 425.000 coches eléctricos.

El director general de NTT Data para España y Portugal, David Cuesta, ha presentado el estudio del que es autor y ha explicado que los hidrocarburos sintéticos tienen propiedades similares a los de origen fósil. Eso permite que pueda ser utilizados en los vehículos que hoy existen, así como en las infraestructuras para transporte y distribución de combustibles que hay, con lo que el coste del cambio a este tipo de combustibles es muy bajo, aunque afirma que durante un tiempo van a necesitar de apoyo regulatorio.

Cuesta ha señalado que los combustibles renovables, combinados con la electrificación, van a permitir alcanzar los objetivos de descarbonización fijados e, incluso, ser más ambiciosos. Ha recordado que el transporte, que es el sector de más difícil electrificación, genera 84 millones de toneladas de CO2, el 37% del total, por lo cual es clave en la descarbonización.

David Cuesta ha indicado que España es el tercer país de Europa con más potencial para producir biocombustibles avanzados y ha indicado que un escenario bajo, en el que sólo se utilizaran para producirlos materias primas residuales, se podrían producir casi 11 millones de toneladas equivalentes de petróleo.

Teniendo en cuenta también las materias primas de origen no biológico, aunque sólo con fuentes de CO2 que estarán permitidas utilizar por la Comisión Europea a partir de 2027, se podría superar en total una producción de 13 millones de toneladas, lo que permitiría sustituir el 58% de la demanda de combustibles fósiles del transporte en 2030.

Alternativa más accesible

Ha indicado que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) contempla que haya en 2030 cinco millones y medio de coches eléctricos, aunque si se tiene en cuenta el crecimiento de los eléctricos lo que sería factible es que a esa fecha hubiera 3,6 millones de coches electrificados, un hueco que sería factible cerrarlo con vehículos que usaran esos combustibles renovables.

Si en 2026 la cuota de combustibles renovables llega a un 16% y hasta un 20% en 2030, se pueden abatir 106 millones de toneladas acumuladas de CO2. Por eso, ha afirmado que los combustibles renovables y la electrificación no sólo son compatibles, sino sinérgicos, y permiten llegar más lejos si hay unas políticas adecuadas para esos combustibles.

Además, ese menor coste de los combustibles renovables pueden ser una alternativa para aquellos que no pueden cambiar a un coche eléctrico, mucho más caro todavía y que está haciendo que su implantación esté siendo ahora mucho más lenta.

Los combustibles líquidos están gravados fiscalmente más severamente que otras alternativas de bajas de emisiones y de ser tratados con un gravamen que reconozca su capacidad de contribuir a la descarbonización, daría como resultado un ahorro de entre 5.000 y 6.000 euros en la vida del vehículo de motor de gasolina o diésel.

Y si se les suprimiera el Impuesto Especial de Hidrocarburos rondaría los 4.500 euros por vehículo, un coste menor que los incentivos que se dan a los vehículos electrificados.

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  • E
    E1958

    Desde luego puede ser una alternativa a la insensatez del coche eléctrico que tambien emite CO2, es totalmente ineficiente, caro e inviable como solución de movilidad generalizada.

  • R
    Rasputberry

    todavía implican emisiones de CO2 cuando se Estos combustibles queman, lo que limita su impacto positivo en comparación con soluciones verdaderamente limpias como la electrificación completa del transporte.
    Además vienen costando de 4 a 6 dólares el litro. ¡Una ganga!.
    El lobby del petróleo haciendo de las suyas.