España tiene derecho a 140.000 millones del fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros habilitado por la Unión Europea, pero en 2021 sólo recibirá 14.000 millones, una cuantía muy insuficiente si se tiene en cuenta que el déficit público previsto para ese año ascenderá a unos 96.000 millones de euros.
Según las pistas que ha dado la Comisión Europea sobre el fondo y los cálculos del panel de analistas de Funcas, liderados por el investigador Miguel Carrión, España recibirá un 10% del total el próximo año -14.000 millones entre préstamos y subsidios-, e irá recibiendo cada vez más los siguientes ejercicios: 25.900 millones en 2022, 35.100 millones en 2023 y 2024, 20.700 millones en 2025 y 9.100 millones en 2026.
"La ejecución del programa se acelerará en años ulteriores, pero el monto efectivo de los desembolsos dependerá tanto de la capacidad de gestión e implementación de las Administraciones Públicas españolas, como de la agilización por parte de la burocracia comunitaria de sus procedimientos, habitualmente lentos, complejos y, como consecuencia de todo ello, imprevisibles", advierten, en línea con las mismas quejas que ha trasladado Moncloa y han sido recogidas por este medio.
Como prueba de este argumento, Funcas recuerda que de los fondos estructurales disponibles para España en el Presupuesto 2014-2020, sólo hemos gastado un 34%, por lo que "sin mejoras organizativas ni reformas de los procesos de formulación, seguimiento y ejecución de los proyectos, España solo podrá atraer una parte de los fondos disponibles para 2021-2027".
Necesidad de aplicar reformas
Este dinero se liberará siempre y cuando España aplique las reformas estructurales requeridas, que además ayudarán a cerrar la brecha de productividad con la UE y reducir el paro y la precariedad laboral, y permitirán elevar el crecimiento potencial hasta el 1,9% anual, según estima Funcas.
La tasa de paro descendería hasta el 10% en 2027 y la deuda pública invertiría su tendencia alcista, para situarse en el 124% al final del periodo, en un nivel "todavía elevado y que plantea la necesidad de un plan presupuestario una vez la expansión se haya consolidado".
Los expertos se ponen también en lo peor: un escenario en el que España consigue el dinero pero no aplica las reformas necesarias.
En ese caso, "las ayudas aportarían un plus de actividad, gracias a los estímulos fiscales y a la inversión pública; pero, a falta de reformas, la expansión derivada del incremento del gasto público sería transitoria y el crecimiento potencial convergería hacia su nivel inercial (estimado en 1,6% anual)", explican.
El resultado sería "una recuperación incompleta, una tasa de paro que sólo alcanzaría su nivel pre-crisis en 2024, y una deuda pública que apenas suavizaría su escalada, hasta cerca del 133% en 2027".