Orange tuvo unos ingresos de 2.503 millones de euros en el primer semestre en España, un 4,6 % menos que en el mismo periodo del año anterior, afectado principalmente por la crisis del coronavirus, pero también por la tendencia del mercado al bajo coste.
En línea con sus competidores, la covid-19 le afectó en mayor medida en el segundo trimestre del ejercicio, cuando facturó 1.216 millones de euros, con un retroceso del 6,8 % respecto al mismo periodo de 2019, según ha informado en una nota de prensa este jueves la compañía que ha presentado los resultados de su primer semestre.
En este primer semestre, su beneficio bruto operativo después de alquileres (ebitdar) -ebitda después de arrendamientos- se situó en 728 millones de euros, un 7,5 % menos que en el mismo periodo de 2019.
Orange invirtió en capital en España 392 millones de euros, un 25,9 % menos que en 2019, principalmente en despliegue de infraestructuras de nueva generación fijas y móviles.
Descenso de facturación
El descenso de facturación en este semestre se produjo sobre todo en el servicio de móviles, que cayó un 11,5 % (517 millones de euros), seguido de los servicios fijos, un 6,1 % (238 millones de euros) y de las tarifas convergentes, un 2,8 % (1.020 millones de euros).
Orange reconoce que la situación "sigue siendo difícil" en España debido a la caída del mercado hacia un bajo coste, lo que les ha obligado a adaptar su posicionamiento y a ampliar el rango de sus ofertas. En este contexto, ha explicado que la estrategia de la operadora está teniendo sus primeros resultados.
A 30 de junio de 2020, la filial de Orange en España cuenta con 19.829.000 clientes, de los que 15.863.000 son de servicios móviles y 3.966.000 de banda ancha fija.
Orange España cuenta con 672.000 abonados a su servicio de televisión, un 1,2 % más que el año anterior gracias al crecimiento del consumo durante los meses de confinamiento, y a pesar de la paralización de las competiciones de fútbol.