Searchlight e Invesco, los dos fondos interesados en tomar el control de Mediapro, han ofrecido al gigante audiovisual una nueva bombona de oxígeno en forma de préstamo puente (bridge loan) para evitar que Imagina, el holding que controla Mediapro, incumpla sus compromisos financieros y entre en un 'default' de liquidez, según explican fuentes consultadas por Vozpópuli.
Imagina tenía acordado con sus acreedores el pago de 25 millones este 26 de junio como una de las amortizaciones de deuda previstas en su acuerdo de refinanciación. El problema es que ese mismo contrato tiene otras cláusulas que obligan a la compañía a mantener unos niveles de liquidez mínimos que hoy por hoy eran imposibles de cumplir si ejecuta ese pago, de ahí que Searchlight e Invesco hayan tocado las puertas de Jaume Roures y sus socios para recapitalizar la compañía.
Las fuentes consultadas por este diario señalan que la idea es llegar a una solución pacífica y evitar una judicialización del proceso de reestructuración de deuda. La cúpula del grupo, asesorada por Rothschild y Allen & Overy, se reúne a comienzos de la semana que viene para abordar de nuevo el tema. Los acreedores están aconsejados por Houlihan Lokey y Latham & Watkins.
Este nuevo préstamo puente engorda todavía más la oferta de 330 millones ya presentada por los fondos: 180 millones de deuda y 150 millones de inyección extra. La propuesta de Searchlight e Invesco, que están asesorados por Lazard, permitiría a Imagina atender sus compromisos financieros mientras se negocia un acuerdo definitivo con respecto a la reestructuración de la deuda.
La banca española vende su deuda
De forma paralela, los tres grandes bancos españoles, Santander, BBVA y Caixabank, se han desprendido de su deuda en el grupo audiovisual, como ha desvelado este diario. Los tres bancos poseían en conjunto unos 88,1 millones de euros de deuda: 32,4 millones (Santander), 22,7 millones (BBVA) y 32,5 millones (Caixabank).
En total, el pasivo de Imagina asciende a unos 1.000 millones de euros y los vencimientos acordados se extienden hasta finales de 2025. El origen de esta deuda está en un crédito de 920 millones firmado con Deutsche Bank (y luego compartido con otras entidades financieras) tras la entrada de Orient Hontai Capital, el grupo chino dueño de Imagina con el 53,5% del capital.