Tras meses de runrún, proyecciones y wait and see, los tasadores de vivienda ya perciben señales concretas que apuntan a que se producirá en el futuro cercano una caída gradual pero generalizada y sostenida de los precios, rupturista con la tendencia previa al coronavirus, según avanzan fuentes del sector.
Existe consenso entre los tasadores sobre un ajuste generalizado en los precios de la vivienda ante el retroceso en la capacidad adquisitiva de la demanda proyectado por organismos el Banco de España y el Fondo Monetario Internacional. El FMI, de hecho, ha empeorado este miércoles sus previsiones económicas para España, elevando la proyección de caída del PIB para 2020 del 8% al 12,8%, el desplome más alto de la Unión Europea.
Cambios reales
Los tasadores descuentan que las caídas generalizadas se consumarán en el proceso de regreso a la normalidad iniciado esta semana, cuando la oferta y la demanda choquen ya sin el sesgo del estado de alarma y del wait and see del mercado.
"Estamos empezando a ver señales incipientes de disminuciones de valor generalizadas que formarían parte de un cambio de tendencia respecto a la previa a la pandemia", afirma a este medio Rafael Gil, director del servicio de estudios de la tasadora Tinsa.
Otras fuentes del sector apuntan en la misma línea incidiendo en que las hipótesis basadas en proyecciones de recuperación rápida en V han perdido fuerza, siendo ahora la hipótesis de salida en U la 'optimista' frente a la L.
Los datos del mes de junio, que serán difundidos por las distintas tasadoras la semana que viene, ya podrían ser más llamativos pero no necesariamente significativos
En mayo, según Tinsa, los precios registraron una variación interanual del 0%, una cifra que no se desmarcaba de la tendencia previa de moderación de los precios, según precisa el propio Gil.
Los datos del mes de junio, que serán difundidos por las distintas tasadoras la semana que viene, ya podrían ser más llamativos pero no necesariamente significativos si se considera que será recién julio el primer mes sin estado de alarma.
De la V a la U...y el riesgo de la L
El consenso ahora es que las caídas se concentrarán en la segunda mano de la compra-venta entre julio-septiembre y diciembre de este año. Las perspectivas iniciales de los más optimistas de recuperación en V han dado paso a una salida en U en la que el mercado no recuperaría sus niveles previos a la crisis hasta 2022.
"Las previsiones de caída económica del Banco de España, el Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional han ido a peor. En mayo nosotros detectamos una caída de los precios del 1%, pero es posible que ahora se empiecen a observar caídas de precio más importantes, especialmente en las capitales, donde se habían dado antes los aumentos más importantes. Entendemos que irán muy ligadas a la evolución del PIB y de la situación económica en cada zona", señala Ferrán Font, director de estudios del portal inmobiliario Pisos.com.
Los precios del alquiler caerían menos o, como mucho, de forma similar a la compra-venta pero no más
Dentro de esos plazos, se prevén caídas medias del 10-15% dentro de un intervalo entre el 5% y el 20% (al cabo de los primeros 18 meses de la crisis de 2008 cayeron alrededor de un 9%). La tasadora Euroval proyecta que los precios de la vivienda nueva caerán de forma más gradual que los de vivienda usada pero de forma sostenida hasta 2023: un 3% en 2020 y 5% en 2021 y 2022.
Los precios del alquiler caerían menos o, como mucho, de forma similar a la compra-venta pero no más, según los expertos consultados. Entienden que buena parte de la caída de la demanda de la vivienda para la compra pasará al alquiler y que la subida de la oferta de alquiler por pisos turísticos será absorbida rápidamente y/o saldrá del residencial en cuanto regrese el turismo.