Lo dice Mastroianni. Bruno, no Marcello. El director de la Oficina de Información del Opus Dei en Italia. "Emilio Botín no es del Opus Dei, aunque no habría nada malo si lo fuera". La aclaración sobresale, hace un par de días, entre las seleccionadas cartas al director publicadas por el Corriere della Sera. El mismo rotativo, que en el tsunami de noticias sobre las presuntas irregularidades en la gestión del banco Monte dei Paschi, asegura que el presidente del Santander pertenece a la Obra.
El detalle descriptivo, perdido en la información sobre las sospechas de la policía judicial italiana de que Santander y Monte dei Paschi se repartieron ganancias ilegales en la venta del Antonveneta, parece haber sentado como un renglón torcido al Opus Dei transalpino. Mastroianni (Bruno, no Marcello) no sólo despeja a Botín de la condición de numerario sino que quiere erradicar cualquier tipo de conexión entre la obra y el escándalo financiero.
"El Opus Dei se ocupa de las almas y no de los bancos", escribe Mastroianni (Bruno, no Marcello) en el Corriere. Una afirmación que parece difícil de sustentar en un mundo en el que dinero y religión son sinónimos de poder. Tan cierto como que la banca occidental financia al catolicismo lo es que el Vaticano cuenta con su propio banco.
¿Pertenece Emilio Botín al Opus?. Pese al desmentido de Mastroianni (Bruno, no Marcello), la pregunta recorre varias webs y foros de las direcciones acabadas en '.it'. Entre el sí y el no hay quien recuerda como la 'Obra' se cuela en su entorno a través de Covadonga O'Shea, hermana de Paloma, mujer del banquero, numeraria confesa del Opus.
Ella, Covadonga, suscribiría el argumento de Mastroianni (Bruno, no Marcello): "No habría nada malo si lo fuera". Este Buscón no juzga cuestiones de fe.