Ha sido poco a poco, como de puntillas, pero no lo suficiente como para que haya pasado desapercibido para los miembros de la dirección del PP el "cambio de escenario" de la mesa presidencial del comité ejecutivo popular. Y es que Javier Arenas, a pesar de no ser el "número tres" del partido, se sienta a la izquierda del jefe, que aparece así flanqueado por María Dolores de Cospedal, a su derecha, y por el vicesecretario de Política autonómica y local a su izquierda. En puridad ese puesto le tocaría al vicesecretario de Organización popular y portavoz del partido, Carlos Floriano, que queda desplazado en la foto y se sienta junto a Cospedal. El cuarteto lo completa el responsable de Estudios y Programas, Esteban González Pons, al lado de Arenas.
Tras el fallecimiento de Manuel Fraga, que no faltaba ni a una sola de estas citas, hubo de cambiarse la disposición de los principales dirigentes populares. Es cierto que en la primera reunión de la nueva ejecutiva que surgió tras el congreso del PP de Sevilla de febrero de este año, Arenas ya ocupó ese lugar, aunque muchos lo atribuyeron al hecho de que estaban en precampaña andaluza y era, además, el anfitrión del cónclave. Ahora esa posición se ha consolidado y tras la decisión de Arenas de dejar la política andaluza son muchos los que se preguntan qué destino le tiene guardado Rajoy.
Bien en el partido o en el Gobierno hay una cierta unanimidad sobre el papel que debe jugar el andaluz. "Este es tiempo de políticos y Arenas no puede estar desaprovechado", afirman más o menos con estas palabras casi todos y Rajoy alimenta esas especulaciones manteniéndole cerca.
