Primero fue Esperanza Aguirre, que abrió el fuego en Qué tiempo tan feliz, el programa retro de María Teresa Campos que lidera los fines de semana de Telecinco. Aguirre bailó con la soltura y el desparpajo que le caracteriza. Si lo hace Obama cada vez que le animan, ¿por qué no va a hacerlo un político español en plena campaña?
El eco del dancing de la candidata del PP a la alcaldía de Madrid fue inmediato y rutilante. Tanto que Antonio Miguel Carmona, su rival del PSOE, telefoneó urgentemente a la productora de tan singular programa para ofrecerse asimismo a actuar junto a la Campos. Dicho y hecho, Carmona, gran experto en la lidia de la comunicación, acudió al plató, intentó sin éxito atacar un chotis y luego fue directamente a lo suyo, a oficiar de 'crooner' con un clásico de Dean Martin. Una pifia simpática. Todo vale en campaña.
Una tradición televisiva
Tanto, que esta singular experiencia, que se ha convertido en moda, o tradición, el concurrir donde la Campos. El último en llamar ha sido José Antonio Monago, presidente extremeño, quien telefoneó también a la productora para ver si le hacían un hueco en el programa. "Esto es lo mío", vino a decir el candidato del PP.
Monago se ha distinguido por una faceta muy singular en su estilo político de hacer campaña. Famoso es el 'rap' que utiliza como sintonía en los mítines, auténtica horterada pachanguera que, sin embargo, está teniendo mucho éxito por su tierra. Ahora se está a la espera de ver si Campos le hace un hueco en su programa. Los candidatos y no quieren tantos debates, que apenas arañan votos. Tan sólo aspiran a aparecer en Telecinco dando el cante. O el baile, según la tendencia o habilidad de cada cual. Como decía el viejo teórico de la comunicación, "la tele no es para verla, es para salir en ella". Bailando bajos las urnas.
