Después de que la Princesa de Asturias, Letizia Ortiz, desatara todos los rumores sobre un posible embarazo al no brindar con alcohol, las dinastías vecinas parecen haber aprendido de su ejemplo... para hacer justo lo contrario. Así ha ocurrido con la Duquesa de Cambridge, Kate Middleton, a la que los rumores sobre otro nacimiento comenzaron a perseguir hace apenas 24 horas, cuando la diseñadora que había tejido un chal de regalo de Nueva Zelanda a su primer hijo comentó que el príncipe le había dicho que "tendría que tejer otro".Los medios británicos comenzaron las mismas especulaciones que se habían vivido con Doña Letizia. Pero en el Reino Unido, en lugar del tradicional desmentido con membrete de la casa real y de una batalla de credibilidad con la prensa y las televisiones que vivieron aquí los departamentos de protocolo y comunicación de la Corona, un par de copas de tinto bastaron para poner fin a las especulaciones. Al contrario que Letizia, Kate hizo algo más que mojarse los labios. Es más, se dejó fotografiar bebiendo y pidió una segunda ronda. Para rematarlo, Kate y el príncipe William se montaron en un paseo en bote de alta velocidad 20 minutos de duración. El incidente deja claras dos cosas: primero, que hay un nuevo estilo de comunicación en algunas coronas como la británica que todavía parecen estar por llegar a estas latitudes. Y segundo, que un par de copas de Amisfield pinot noir de 2011 parecen valer más que toda la tinta de la Casa Real. 

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