El pasado día 2 de mayo los agentes de movilidad de servicio en la Plaza de Toros de Madrid vieron que un Mercedes Benz (con distintivo) había aparcado dentro del recinto reservado para los vehículos autorizados, en la zona de discapacitados, sin tener permiso.
Los agentes sancionaron al vehículo y llamaron a la grúa que se llevó el coche a un depósito de Plaza Colón. Posteriormente, alguien desde el departamento de Movilidad, que dirige el concejal Diego Sanjuanbenito (mano derecha de Ana Botella), en una decisión que a este buscón le parece insólita, ordenó que se devolviera el coche al lugar de donde se había recogido el vehículo “por error”.
Luego la fantasía hizo que desde las redes sociales se dijera que el coche era del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, lo que hizo que algún medio, pese a los desmentidos del Gobierno regional, picara y diera la noticia falsa como cierta. En concreto La Sexta emitió la información, lo que provocó que la Comunidad anunciara medidas legales.
El Ayuntamiento tomo parte en la polémica y cargó las culpas de los whatsapp a un policía municipal, que preside una asociación de profesionales, al que llamó a declarar a Asuntos Internos. En un alarde de imaginación, el oficial le preguntó al agente si le podía dejar su teléfono para ver los whatsapp. Naturalmente se negó.
Los sindicatos han exigido al Ayuntamiento que aclare porque se sube un coche a una grúa por una infracción y luego se devuelve. Sólo UPyD ha prometido que va a investigar el tema y exigir explicaciones. Al resto de la oposición le parece correcto.
Pero ¿de quien era ese coche que ha tenido el poder de que le devuelvan a su sitio original tras haber sufrido un paseo de la grúa de Botella?
Este Buscón preguntó al Ayuntamiento de Madrid y recibió esta contestación: el coche tenía autorización para acceder al recinto reservado de Las Ventas. Aparcó mal dentro de esa zona en un punto para discapacitados y fue sancionado. Pero era incorrecto retirarlo con la grúa “estaba mal cargado” por lo que se decidió devolverlo al lugar de donde se retiró.
Los policías municipales y los agentes de movilidad dicen que esta respuesta en una burla y amenazan con emprender acciones contra el Ayuntamiento.
Pero ¿de quién era el coche? Al parecer es propiedad de una empresa con sede en Badajoz que preside el apoderado de un conocido torero y que tuvo la 'suerte' de que con llamadas de teléfono le devolvieran el coche mal aparcado.