La capilla ardiente de Lina Morgan fue una manifestación de apoyo popular a la actriz que falleció el pasado miércoles en Madrid. Cientos de personas pasaron por el Teatro La Latina y besaron el féretro, mientras otros muchos se hacían fotos con su móvil junto al ataúd de la artista, una costumbre que se ha convertido en moda cada vez que se produce el óbito de algún personaje famoso.
El mes de agosto restó la presencia de políticos y famosos, pero no faltaron la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, así como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, recién llegada de las vacaciones o el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. El arzobispo llegó, como suele hacer en muchas ocasiones, paseando solo y sin ningún tipo de escolta, algo que no solía hacer su antecesor Rouco Varela.
La presencia de las autoridades no tuvo mucho fervor popular, pero sí la de la alcaldesa. Tras la actuación de un grupo de flamenco hubo un impresionante aplauso en el patio de butacas dedicado a la artista y un grito, se supone, a favor de la alcaldesa, que dijo en el teatro: "Una alcaldesa siempre debe estar con su pueblo".
A la salida del teatro Carmena fue aplaudida e incluso una persona le dijo: "La primera alcaldesa que ha tenido cojones". Ella se rió y alguien cercano contestó algo que este Buscón pudo escuchar: "Serán principios más que cojones".
Sin embargo, no todo fueron apoyos. Hubo una persona que le recriminó cara a cara (en la foto con gorra de España) sus vacaciones en una villa de 4.000 euros a la semana, a lo que ella contestó, en medio de la multitud, que eso lo iba a aclarar. Explicó que eran ocho personas y que sólo ha cogido una semana de vacaciones porque "estaba muy cansada". Además, prometió que volvería el año próximo a participar en las fiestas de la Virgen de la Paloma.
