A falta de unas horas para el inicio oficial de la campaña electoral de las elecciones generales –reducida a algo más de la mitad tras el fracaso de las anteriores- el Gobierno en funciones liderado por el PSOE toma aire ante lo que teme que se le viene encima: disturbios este lunes y este martes en Cataluña por la visita de Felipe VI a Barcelona.
El Gobierno da por hecho que el Rey topará con protestas convocadas por plataformas independentistas como Arran –organización juvenil de la CUP-, Picnic por la República y Tsunami Democràtic, cuyo objetivo será tratar de boicotear los actos en los que participe la Familia Real o, al menos, transmitirle desde cerca su rechazo a las condenas a los dirigentes encarcelados por el 1-O.
La visita real a Cataluña será de dos días e incluye la presencia por primera vez de la Prinesa Leonor en un acto de estas características. El dispositivo de seguridad desplegado por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado será el de las grandes ocasiones, idéntico al que se utilizó para proteger el Consejo de Ministros del Gobierno de Pedro Sánchez celebrado el pasado 21 de diciembre en el corazón de Barcelona.
Desafío en seguridad
La llegada de los monarcas a una Barcelona revuelta supone un desafío en materia de seguridad. Casa Real, el Ministerio de Interior y la Delegación del Gobierno en Cataluña se han inspirado en aquel dispositivo desplegado en la Llotja de Mar para blindar ahora a la Familia Real.
Fuentes policiales han indicado que esperan protestas contra la Familia Real de organizaciones independentistas como Arran, los CDR, el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes, Picnic per la República y Tsunami Democràtic.
En paralelo, colectivos favorables a la unidad de España preparan una movilización en apoyo de la presencia del Rey en Cataluña, según han explicado a este medio fuentes de entidades constitucionalistas.
Impedir la asistencia real
Arran ha llamado a impedir la asistencia del Rey Felpe VI a los Premios Princesa de Girona en Barcelona. En un mensaje difundido en redes sociales, la entidad ligada a la CUP ha interpelado a los miembros de otras organizaciones independentistas como los CDR, el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes, Picnic per la República y Tsunami Democràtic.
No es descartable que esta última plataforma –la que movilizó a las masas en el aeropuerto el pasado 14 de octubre- pueda volver a usar sus herramientas para llevar al gentío a protestar ante la Familia Real.
En una ciudad en la que han quemado centenares de barricadas y de contenedores como respuesta a las penas de cárcel para los presos del procés, el intenso calendario de movilizaciones ha obligado a suspender el partido de futbol más esperado del mundo, un FC Barcelona-Real Madrid que iba a disputarse el pasado fin de semana y que ha sido aplazado al próximo mes de diciembre.
Preocupación por la jornada de reflexión
La jornada de reflexión del 9-N –coincidente con la efeméride del primer intento de referéndum ilegal organizado por la Generalitat en 2015- es otro de los objetivos de grupos independentistas que están bajo la lupa del Ministerio y el Departament de Interior.
Conocedor de que el movimiento independentista pretende alargar eternamente la situación de tensión política en Cataluña, el Gobierno está respondiendo con una mayor presencia del Estado en la comunidad autónoma.
Con esa estrategia, el Gobierno persigue que se normalice la actuación en Cataluña de agentes policiales de cuerpos como la Policía Nacional o la Guardia Civil, a los que quiere que se observe tan activos sobre el terreno como se percibe a los Mossos d’Esquadra.
