Los resultados de EPA del tercer trimestre de 2019 ratifican con mayor intensidad de la prevista por organismos internacionales y nacionales el proceso de ralentización de la economía española y arrojan serias dudas sobre el cumplimiento de las previsiones del Gobierno plasmadas en el escenario macroeconómico remitido por Sánchez y Calviño a Bruselas hace sólo unos días. Además de los datos coreados en los telediarios, ligera subida del número de ocupados y levísima reducción del número de parados, los peores datos en un tercer trimestre desde 2012 cuando la economía española estaba todavía en recesión, hay otros aspectos menos visibles de la última EPA que merecen también un comentario.
Empleo y Paro
Empecemos por los más obvios. En relación al trimestre anterior, la ocupación creció en 69.400 personas a una tasa de 0,35% y el número de parados disminuyó en 16.200 personas a una tasa de 0,5%. El número de ocupados con casi 19.9 millones se resiste a superar la cota de los 20 millones, en tano el de parados con 3,2 millones supera el número de parados en la economía estadounidense, cuyo PIB es aproximadamente 10 veces el de la economía española. Una lectura benévola de los datos llevaría a subrayar que seguimos creando empleo y reduciendo el paro, pero los datos desestacionalizados publicados por el propio INE no avalan tanta magnanimidad. En efecto, el empleo desestacionalizado no creció (0,09%) y el paro aumentó a una tasa del 1,72%, los peores datos registrados desde 2013. No estamos, por tanto, ante un espejismo de carácter estacional.
Si atendemos a las cifras interanuales menos sensibles a las variaciones estacionales, los resultados son igualmente decepcionantes. La ocupación aumentó en 346.300 persona a una tasa de 1,77%, y el paro disminuyó en 111.600 personas a una tasa de 3,36%. Se puede afirmar que el aumento de la ocupación y la reducción del paro en los últimos 12 meses son la más baja desde el cuarto trimestre de 2014, y la más alta, respectivamente, desde el cuarto trimestre de 2013, esto es, desde el inicio de la recuperación. Para hacernos una idea de la intensidad de la desaceleración, basta con recordar que la tasa interanual de reducción del paro en el tercer trimestre de 2018 fue 10,9% , esto es, 3,2 veces la del actual trimestre. El gráfico adjunto sólo proporciona una visión de lo ocurrido en los dos últimos años, pero es suficiente para constatar visualmente la intensidad de la desaceleración en lo que va de año.
Gráfico 1. Tasas interanuales de aumento de la ocupación
Gráfico 2. Variación intertrimestral del empleo privado y público
Un aspecto del mercado laboral sobre el que llevo llamando la atención hace varios trimestres es el tipo de empleo que se está creando. En el presente trimestre de los 69.400 empleos generados casi la mitad, 34.200, lo fueron en el sector público, una clara indicación de que el sector privado está casi parado y la escaso números de puestos de trabajo se apoya con intensidad creciente en un sector público que después de casi 6 años de expansión continuada sigue cuadrando sus cuentas emitiendo deuda pública. El Gráfico 2 pone, además de manifiesto que el protagonismo del sector público en la creación de empleo ha ido aumentando en los últimos años hasta equipararse con el sector privado en el tercer trimestre de 2019.
Cataluña, Madrid y Resto de España
Otro aspecto sobre el que me gustaría llamar la atención son las diferencias en las tasas de crecimiento de la ocupación entre Cataluña y otras Comunidades. Como el Gráfico 3 pone de manifiesto, la contracción del empleo en las dos recesiones que encadenó la economía española fue más severa en Cataluña que en Madrid y en el Resto de España, esto es, en España sin las Comunidades de Cataluña y Madrid.
Gráfico 3. Evolución de la tasa de crecimiento interanual de la ocupación en Cataluña, Madrid y Resto de España
Como puede observarse en el Gráfico 3, la ocupación rebotó, como era previsible, con más fuerza en Cataluña al inicio de la recuperación a finales de 2013, pero el impulso se agotó en 2016 y el crecimiento del empleo en Cataluña ha sido decepcionante desde entonces, a pesar del boom turístico de los últimos años del que Cataluña, Baleares y Canarias se han beneficiado especialmente. En los últimos 11 trimestres, la tasa media de crecimiento de la ocupación en Cataluña ha sido del 2,6% frente al 3,1% de Madrid. Aunque sería apresurado sacar conclusiones rotundas, la evolución del empleo apunta a que la economía catalana ha perdido fuelle y capacidad para generar empleo, y que la inestabilidad política en que está sumida desde 2017 no sería del todo ajena a ello.
Plausibilidad del escenario macroeconómico del Gobierno
Los resultados de la EPA del tercer trimestre arrojan dudas sobre la plausibilidad del escenario macroeconómico que acompaña el borrador de Presupuestos presentado por el Gobierno de España en Bruselas. A pesar de las revisiones a la baja realizadas por la mayoría de instituciones internacionales y nacionales, el Gobierno presenta un escenario macroeconómico con tasas del crecimiento del PIB real y de la ocupación y reducciones de la tasa de paro y el déficit público excesivamente optimistas.
Cuadro 1. Escenario macroeconómico 2019-2021
En concreto, la previsión de la ministra Calviño de que el PIB real crecerá este año 2,4% cuadra mal con las tasas de crecimiento intertrimestral publicadas por el INE para los dos primeros trimestres del año, 0,5% en ambos casos, y con el crecimiento de la ocupación de la EPA en el tercer trimestre, 0,35% en tasa bruta y 0,09% en tasa desestacionalizada. Con estas cifras en la mano, se puede afirmar que el crecimiento del PIB en el tercer trimestre será inferior a 0,5% y el año se cerrará con un crecimiento del PIB inferior al 2%.
Y si la desaceleración de la economía se confirmara en el cuarto trimestre, las cifras previstas de creación de empleo y reducción del paro y de la tasa de paro pasarían a ser papel mojado. El Gobierno prevé crear 398,000 empleos en 2020 y 373.000 en 2021 y reducir la tasa de paro se en 1,6 y 1,4 puntos en 2020 y 2021. Habida cuenta que la ocupación ha crecido en 346.300 personas y la tasa de paro ha descendido 0,6 puntos en los últimos 12 meses, sumando a ello que la economía se está desacelerando y no hay razones para prever un cambio de tendencia, hay que concluir que tanto optimismo ministerial infundado apunta a que el Gobierno se encuentra en campaña electoral y confunde los deseos con la realidad.