La prohibición de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en inglés) de contabilizar la provisión genérica, la hucha de las entidades amasada en las épocas de bonanza para hacer frente a crisis como las actuales, como capital de máxima calidad alentó las críticas en público de parte del sistema financiero español. Uno de los más combativos fue Isidro Fainé, presidente de CaixaBank. "No entiendo que no se puedan contabilizar las provisiones genéricas para fijar el nuevo nivel de capital TIER1, porque no dejan de ser recursos propios, igual que las obligaciones convertibles", aseguró el primer directivo del banco catalán en un Congreso de Directivos organizado por la CEDE (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos)
CaixaBank cuenta con una bolsa de 1.835 millones de estas provisiones anticíclicas. Poco más de la mitad es la hucha (1.075 millones) de Bankia, el banco liderado por CajaMadrid y Bankia. Precisamente, esta entidad se plantea transfomar en capital su genérica, excepto el suelo del 10% que le exige el Banco de España en función de una ecuación en la que se tienen en cuenta, entre otros factores, los activos y préstamos, introduciéndola en los beneficios para no tener que hacer provisiones. Así, se incrementa la cuenta de resultados para luego llevar a capital. De esta manera, Bankia lograría rebajar gran parte de sus necesidades sin tener que aplicar ningún otro plan 'b' para cubrir su exigencia de recapitalización de 1.140 millones (490 millones es por capital y 650 por deuda soberana y créditos)
"De esta manera se hace valer la genérica por otro camino que sí acepta la EBA", reconocen fuentes del sector. Este camino que se plantea Bankia para la recapitalización ya ha sido utilizado en otras ocasiones en el sistema español para enjugar los resultados de algunos trimestres.
Junto a la liberacion de genérica, Bankia plantea cuatro alternativas para cubrir las exigencias planteadas por la autoridad europea ante la crisis griega y de deuda soberana. Generación interna de capital, continuar con el proceso de desapalancamiento de la entidad, emisión de convertibles y venta de activos y de participaciones industriales. En este sentido, la entidad que preside Rodrigo Rato pondrá a la venta toda su cartera de participadas que consuman capital y no sean sus joyas de la corona.
En cuanto a los activos, la entidad espera poder cerrar la venta de la Torre Kio, actual sede operativa en Madrid, antes del plazo del 30 de junio para generar plusvalías que aligeren las necesidades de la EBA.