España

El Santander fracasa en su intento de vender la inmobiliaria Altamira

El Santander ha fracasado en su intento de vender la inmobiliaria Altamira. El pasado 7 de octubre se tendrían que haber recibido todas las ofertas, pero en el último minuto ha saltado la sorpresa y no encuentran a quien adjudicar esa cartera, entre otras cosas porque el fondo que inició la carrera se marchó con viento fresco, y dado el desorden, la falta de criterio y la inexperiencia de los que han quedado al frente del área, resulta que han elegido unos fondos finalistas que no tienen liquidez suficiente para cubrir el precio de la oferta que han cu

El Santander ha fracasado en su intento de vender la inmobiliaria Altamira. El pasado 7 de octubre se tendrían que haber recibido todas las ofertas, pero en el último minuto ha saltado la sorpresa y no encuentran a quien adjudicar esa cartera, entre otras cosas porque el fondo que inició la carrera se marchó con viento fresco, y dado el desorden, la falta de criterio y la inexperiencia de los que han quedado al frente del área, resulta que han elegido unos fondos finalistas que no tienen liquidez suficiente para cubrir el precio de la oferta que han cursado. Un fiasco en toda regla la llamada “Operación Escudería”, que así se denomina.

Todo un cuadro dantesco, si tenemos en cuenta que Emilio Botín quería enviar al mercado bursátil un claro mensaje: el Santander está saneando su balance de activos tóxicos. Los bancos de negocio que representan a los fondos finalistas son Morgan Stanley y Goldman Sachs, éste último con Cerverus, un fondo que el propio banco desechó por falta de solvencia o liquidez para esta operación. Pero, oh casualidad, resulta que el representante de este fondo en España es ni más ni menos que el intimísimo amigo de Alfredo Sáenz. Estos amigos son, a su vez, los dueños de la empresa VICA, radicada en Barcelona, que operan como agentes del Santander vendiendo los activos del departamento que dirige Javier Arredondo (responsable del Área de Inmuebles Adjudicados, e íntimo de José María Fuster (Director General de Tecnología, Seguridad e Inmuebles). Todos –Sáenz, Fuster, Arredondo- forman parte del llamado en el Banco “clan de Mallorca”, pues veranean juntitos y juntos navegan por las islas.

En mayo de este año, el Banco Santander comenzó a negociar con un importante fondo de inversión la venta del patrimonio inmobiliario del banco, en concreto, toda la cartera de la inmobiliaria Altamira. La operación la inició José Luis Contreras (Director General responsable del área inmobiliaria, encargado de la gestión de los inmuebles propios y los procedentes de segunda mano) y ello con el consentimiento del Consejo del Banco y de Emilio Botín. El objetivo era cerrar la operación en Agosto–Septiembre, y de hecho se trabajó de lo lindo en junio y julio. Ocurrió, sin embargo, que a últimos de julio abandonó el banco el citado Contreras, siendo sustituido el frente de la misma área por Remigio Iglesias, que llegó con un nuevo equipo.

Las consecuencias no se han hecho esperar, ya que han tenido que seguir mandatos del Consejero Delegado, Alfredo Sáenz, sin conocimiento del Presidente, lo que ha ocasionado el aplazamiento de la subasta y la entrada de más fondos en liza. La primera consecuencia para el Banco de ese retraso en la venta, a lo que hay que añadir la incorporación al lote de activos no previstos, ha sido que los inmuebles del catálogo han sufrido una depreciación de entre 400 y 500 millones de euros como mínimo en su conjunto, ello por efecto y avance de la crisis, un deterioro que lógicamente no ha parado.

El otro banco de negocio en liza, Morgan Stanley, que parecía ser el ganador de todo este embrollo, también ha fallado a última hora por falta de liquidez del fondo que representa. Parece, además, que los representantes de M.S. en España no han informado a su central Americana de lo ocurrido, de lo que han debido enterarse por la prensa.

Se rumorea que entre los máximos responsables de M.S. y los de J.L. La Salle existe un convenio para que esta inmobiliaria venda todos los inmuebles del menudeo (pisos que provengan de embargo y daciones) que formaban parte del paquete, un lote valorado en unos 600 millones, de un montante final de entre 3.500 y 4.000 millones de euros.

Hasta aquí todo normal si no fuese porque J.L. La Salle es a su vez, y desde el mes de marzo de este año, Agente para la venta de inmuebles del Santander, asunto curioso que se hace aún más curioso si tenemos en cuenta que el Director del Departamento del Banco encargado de valorar y aportar los inmuebles adjudicados es el ya citado Javier Arredondo, íntimo del Director General de la mencionada inmobiliaria J.L. La Salle.

Todos los anteriores están integrados en las estructuras de ventas del Banesto y Banif. Todos ellos miembros del citado “clan de Mallorca”.
 

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli