Había transcurrido ya algo más de la mitad del mes de julio de 2000 cuando un triunfante Florentino Pérez, obviamente mucho más joven y sin canas, se presentaba en la zona noble del estadio Santiago Bernabéu para hacerse una foto junto con los restantes miembros de lo que sería su primera junta directiva en el Real Madrid. Contra todo pronóstico, Pérez había batido a Lorenzo Sanz en las elecciones a la presidencia del club merengue, pese a que su rival se presentaba con el aval de haber ganado dos copas de Europa en tres años.
En el equipo de Pérez dos aspectos llamaban la atención. En primer lugar, la presencia empresarios como Fernando Fernández Tapias y Juan Abelló (que serían sus vicepresidentes). En segundo término, la aparición de una mujer en una junta plagada de hombres: Marta Silva Lapuerta.
La conexión hay que buscarla y encontrarla precisamente en uno de esos ilustres nombres que poblaban la lista con la que Florentino abordaba su segundo intento de asalto a la poltrona del Bernabéu. Se trata de Luis del Rivero, por entonces vicepresidente de la constructora Sacyr, que por entonces todavía no había adquirido la inmobiliaria cotizada Vallehermoso, controlada en aquel momento por el Banco Santander.
Porque para estas cuestiones, la persona de confianza de Florentino Pérez es su inseparable José Luis del Valle. Sin embargo, no tardó en apreciar las virtudes de Marta Silva para desempeñar el cargo. Abogada del Estado (su hermana Rosario fue la primera mujer en serlo en 1978), con experiencia en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, el Tribunal de Cuentas y el Ministerio de Hacienda, Marta Silva era un lujo al alcance de pocos para un organismo como una junta directiva de un club deportivo.
Figura imprescindible
De ahí que Silva pasase en muy poco tiempo a ser para Florentino Pérez una figura poco menos que imprescindible en el Real Madrid. Ni que decir tiene que repitió en la lista de Florentino Pérez cuando el presidente de ACS fue reelegido en 2004 como máximo dirigente del Real Madrid para otros cuatro años (aunque dimitió a mitad de mandato).
Para entonces, Marta Silva ya se había incorporado a la nueva Sacyr Vallehermoso como secretaria del consejo de administración y también como responsable del área jurídica de la compañía.
Fueron casi seis años de trabajo en el Real Madrid junto a Florentino Pérez, hasta que éste dimitió a comienzos de 2006. Silva aguantó en el cargo durante la transición hasta los nuevos comicios en el club, en el verano de ese mismo año.
Tres años después también dejó de trabajar para Sacyr Vallehermoso aunque ese hecho no tuvo relación con que meses antes Florentino Pérez regresara a la presidencia del Real Madrid. La relación entre Pérez y Del Rivero se había deteriorado de forma notable especialmente en los últimos meses del primer mandato del presidente de ACS en el club de Concha Espina. De este modo, Enrique Sánchez, otro de sus habituales colaboradores en la facete futbolística del empresario, ocupó el cargo de secretario de la junta directiva.
Sin embargo, Pérez y Del Rivero ya tenían algo más en común: su aprecio y admiración por la figura de Marta Silva Lapuerta, flamante nueva abogada general del Estado. Un nuevo nexo entre Florentino Pérez y Alberto Ruiz-Gallardón, cuyas buenas relaciones no han hecho más que fortalecerse en el tiempo en que este último ha ocupado la alcaldía de Madrid.