Fue hace ya siete años cuando la Asociación el Burrito Feliz inició con sus burritos bomberos labores de desbroce en Doñana para prevenir lo incendios en la zona. Vozpopuli ha hablado con Luís Manuel Bejarano, presidente de la Asociación que nos ha contado de primera mano cómo surgen estos burritos bomberos y las labores que realizan. Cuenta que esta iniciativa nació en Huelva tras llevar a cabo un estudio de prevención de incendios con animales y que como cabras y ovejas no servían para bosques "empezamos a ensayar con burros y vimos que la cosa funcionaba", asegura Luis.
Los trabajos de estos burritos bomberos se dividen en 2 fases: una de prevención que comienza por el mes de marzo con la llegada de la primavera “cuando se comen la hierba verde evitando que se convierta en pasto”, y la de ejecución que arranca en el mes de junio y se lleva a cabo en otras zonas donde la hierba se ha secado y se ha convertido en pasto y, por tanto, es un peligro inminente. Estos trabajos de los 24 burritos bomberos se prolonga hasta el mes de noviembre.
Por sorprendente que parezca, esta Asociación corre con todos los gastos de limpieza de Doñana de manera privada con los donativos que reciben en el Burrito Feliz, de amigos y de forma privada. “No recibimos ayuda por parte de las instituciones, la Junta de Andalucía ni nos responde pese a nuestro impacto mediático incluso a nivel internacional”. Hace algún tiempo, una productora australiana visitó esta Asociación para sorpresa de todos par conocer de cerca la labor que realizaban y la Comunidad de Madrid también quiso destacar la labor de estos burritos bomberos invitándolos a visitar el primer “Festival de Campo”.
La UME tiene apadrinada una burrita
Pese a que las instituciones no colaboran con la Asociación el Burrito Feliz, los que luchan cara a cara con el fuego, como es el caso de la Unidad Militar de Emergencias (UME) quisieron conocer la labor de estos burritos bomberos que ayudan en la prevención de incendios. El departamento de comunicación de la UME aseguró que esta labor que realizan los burritos bomberos es la mejor en cuanto a prevención de incendios con animales que habían visto nunca. "Si los que luchan cara a cara con el fuego y ponen incluso en riesgo su vida reconocen nuestra labor es algo maravilloso". La UME conoció la labor de la “Asociación El Burrito Feliz”, enviaron una comisión militar a visitar las instalaciones e incluso adoptaron una burrita, “la burrita UME” afirma orgulloso Luis.
Un grupo que colabora muy de cerca con los burritos bomberos, es el grupo ecologista femenino ‘Mujeres por Doñana’. Según asegura Luis Manuel Bejarano, estas mujeres se encargan de cuidar de los burritos mientras desarrollan su labor de desbroce, se encargan también de llevarles agua fresca tres veces al día, y se costean sus gastos, gasolina, transporte, comida…”hacen una labor encomiable y pagando sus propios gastos, es admirable”.
Un robo que paraliza una labor muy necesaria
La fatalidad ha querido que los burritos bomberos no hayan podido comenzar su trabajo en Doñana. Pensaban arrancar este próximo lunes a montar los cortafuegos y las vallas se encontraban colocadas en una finca que se ve desde la carretera, los amigos de lo ajeno se han trasladado hasta el lugar y se han llevado todo. “Ha tenido que ser con un camión porque había mucho materia” asegura Luis.
Con los burritos bomberos en la zona y con el caso en manos de la Guardia Civil solo les queda la solidaridad de los ciudadanos, que con sus aportaciones puedan seguir financiando que Doñana este libre de incendios y den lugar a que puedan comenzar con su importante labor. La Asociación el Burrito Feliz, cuenta con toda la información necesaria para colaborar en sus redes sociales; Facebook, Twitter e Instagram.
Leonidas
Yo alucino con el personal. Sólo piensan en cobrar subvenciones. Monto una asociación, ONGs o chorrada cualquiera y a poner el cazo. Lo suyo es que lo financie quién quiera, y así debería ser para sindicatos, políticos y chiringuitos varios, porque se nos va un pastizal en mantener a todo tipo de jetas, empezando por feministas y ecologistas. Basta ya de subvenciones