"Ningún presidente puede ceder al chantaje constante y vejatorio". De esta forma tan contundente se ha pronunciado el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, al valorar este miércoles la destitución, por parte de Pedro Sánchez, de la hasta ahora directora del CNI, Paz Esteban, tras las presiones de sus socios de legislatura, principalmente los independentistas catalanes, tras la llamada 'crisis del espionaje' por el programa Pegasus.
A juicio de Moreno, que ha hecho estas declaraciones durante la presentación de los ocho cabezas de lista del PP-A en Granada, "Sánchez sigue cediendo para ganar tiempo, pero mientras gana tiempo las instituciones pierden credibilidad y confianza", ha abundado frente a La Alhambra en lo que ha sido considerado el arranque de su precampaña electoral.
En opinión del gobernante centrista la destitución de la hasta ahora máxima responsable de los servicios secretos españoles "sólo tiene por objeto saciar a unos socios que son insaciables", ha recalcado. Moreno Bonilla dice no entender "que hayamos llegado a esta circunstancia", al entregar la cabeza de la ya exdirectora del CNI. A renglón seguido ha querido encontrarle una explicación: "El Gobierno de nuestra nación está en manos de formaciones que quieren asaltar al Estado con la colaboración del Estado", en alusión a la complicidad del Ejecutivo central de PSOE y Unidas Podemos.
Por último, ha concluido que "las instituciones necesitan confianza y no se puede destruir la confianza de las instituciones como está haciendo el gobierno de Sánchez", de ahí que para el presidente de la Junta su última actuación suponga "una enorme irresponsabilidad quemar las naves por una huida hacia adelante".
Ya en el marco de lo estrictamente preelectoral Moreno ha vuelto a hacer un llamamiento a la "moderación" que para él representa el modelo del Partido Popular de Andalucía "donde cabe todo el mundo, el socialdemócrata, el socioliberal, el centrista, el liberal y el que está enfadado con el Partido Socialista, porque aquí no preguntamos a nadie", en un clara alusión a la captación del voto de centro izquierda, estrategia en la que está volcado actualmente el gobernante andaluz. De hecho, el aspirante a revalidar la presidencia habla de un partido, el suyo, "de base ancha".
El PP-A tiene consolidado más de un 8% de votantes de Susana Díaz, en 2018, que ahora cogerían la papeleta que lidera Moreno Bonilla, lo que se traduce en más de 8.000 votantes. Sin embargo, el propio candidato popular confía en llegar a captar un máximo de 100.000 votantes socialistas. Un voto, éste, que se va a disputar de tú a tú con el candidato del PSOE-A, Juan Espadas, en los 29 grandes municipios andaluces (los que superan los 50.000 habitantes).
El presidente encabeza la lista por Málaga, mientras que el resto de números uno son: Los consejeros del Gobierno andaluz Carmen Crespo (Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible) por Almería; Jesús Aguirre (Salud y Familias), por Córdoba; Marifrán Carazo (Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio), por Granada; Juan Bravo (Hacienda y Financiación Europea), por Jaén, y Patricia del Pozo (Cultura y Patrimonio Histórico), por Sevilla; la secretaria general del PP-A, Loles López, por Huelva, y la delegada del Gobierno en Cádiz, Ana Mestre, por Cádiz.
Según Moreno, se trata de un equipo "ganador", "sólido, fuerte y solvente", que quiere que esta comunidad siga avanzando y ocupe los primeros puestos en España y Europa. Ha destacado que no existen "cuotas" en su equipo, y ha destacado el hecho de que cinco mujeres encabecen las listas, lo que demuestra la importancia que tienen en el PP-A, en el Gobierno andaluz y en la sociedad.
Previamente ha recordado la etapa de "gobiernos tremendamente conformistas, como eran los anteriores", en alusión a las décadas de gabinetes del PSOE en la Junta de Andalucía. Tal recordatorio le ha servido para presumir de haber "devuelto la confianza a Andalucía y su buen nombre", frente a los casos de corrupción que protagonizaban los titulares de prensa de la campaña electoral de 2018, cuando Moreno decidió arrancarla frente al prostíbulo donde dirigentes socialistas gastaron dinero público de la fundación Faffe en juergas y prostitutas.
"Nos han tocado tiempos muy complicados, dos años largos de pandemia y una cruenta cruel e injusta guerra", ha expuesto sobre el coronavirus y la invasión de Ucracnia. Moreno no ha escatimado elogios hacia la columbra vertebral de sus listas electorales, compuesta por consejeros de su Consejo de Gobierno: "Personas que nunca se escondieron y no dijeron un paso atrás".
Ha tenido una mención especial para el consejero de Hacienda y cabeza de lista por Juan Bravo, a su vez fichado por Feijóo en su núcleo duro de Génova para asuntos económicos: “Alguien que ordena las cuentas y las vigila, a veces las vigila demasiado y nos trae fritos. Ha cuadrado las cuentas, hemos pasado de no cumplir las reglas y en un solo año cumplir con el déficit, ingresos y gastos", ha enumerado.
Otro puntal importante en las listas del PP-A para el 19 de junio es la consejera de Fomento, Marifrán Carazo. Su nombre no ha dejado de sonar también para encabezar lista a la Alcaldía de Granada. Aunque ahora encabece al candidatura por la capital nazarí no se descarta que cuando lleguen los comicios locales de 2023 Moreno recurra a ella, de quien ha dicho que "ha reactivado la obra pública en Andalucia para medianas y pequeñas empresas, además de oportunidades laborales".
El presidente de la Junta ha presumido también de que "no hay otra administración que haga más obra pública", algo que también ha agradecido a Carazo, una de las cinco mujeres que lideran las listas, frente a tres hombres: "una muestra del enorme empuje que tienen las mujeres en el Gobierno andaluz y en la sociedad", ha argumentado Moreno tras dejar claro que "aquí no hay cuotas", si bien las listas son cremallera. Un ejemplo de ello es que el consejero de Presidencia y coordinador nacional del PP, Elías Bendodo, irá en el puesto 3 por Málaga. El primero lo ocupa Moreno y el segundo una mujer.