Como si de una película se tratase, el robo de una caja fuerte de la sede central de Unicaja en Málaga, traía de cabeza a los investigadores. Por una parte la ejecución perfecta del mismo, sin ninguna imagen que pudiese dar alguna pista del sospechoso, y por otra, el único sospechoso al que podrían apuntar numerosas pesquisas comprando coches de lujo, y varias propiedades, incompatibles con los ingresos que declaraba.
La operación bautizada como “el abanico”, en alusión al logro de la entidad, arrancó en noviembre y fue llevada a cabo por el Grupo de Atracos y Delitos Violentos de la Policía Nacional que inició la investigación de un robo notificado en la central bancaria. Cuanto más avanzaba la investigación más segía pareciéndose un film hollywoodense que a la realidad, y es que durante el robo, el circuito de cámaras de seguridad había sido "inhabilitado temporalmente”.
Durante los primeros pasos de la investigación, los agentes centraron sus pesquisas en analizar los dispositivos de acceso a las zonas restringidas, lo que le permitió ir descartando a algunos sospechosos. Entre los primeros investigados se encontraba E.K.V., un armenio de 38 años, ex empleado de Unicaja y que en momento del robo era técnico autónomo de seguridad para una empresa subcontratada. Según las fuentes del caso consultadas por El Confidencial, E.K.V. no solo tenía "capacidad y formación" para manipular la caja fuerte, sino que su acceso a la "zona restringida" lo colocaba en una posición única para ejecutar el robo. Además, se estaba encargando de reestructurar el sistema de protección.
La investigación giró apuntando hacia el ahora detenido cuando se supo que se había producido una manipulación de las cámaras de seguridad. Precisamente para ello había sido contratada la empresa para la que trabajaba E.K.V., para llevar a cabo la “migración de nivel seguridad”. El técnico había aprovechado que las cámaras habían sido inhabilitadas temporalmente para acceder al habitáculo de caja fuerte, en apenas unos minutos, y operar sobre la cerradura de la misma, consiguiendo así el botín.
El cambio a una vida de lujo que puso a los agentes sobre la pista
El radical cambio de vida del técnico armenio, llamó la atención de los investigadores. El sospechoso había adquirido recientemente un coche de lujo y poseía propiedades y vehículos de alto valor, incluyendo dos Audi, dos Tesla y un Ferrari. Un nivel de vida a todas luces incompatible con los ingresos que declaraba. Al detenido se le incautaron unos 110.000 euros "que el arrestado supuestamente trató de reintroducir en el circuito legal del dinero. Esto ha supuesto que, además de robo con fuerza, se le impute un delito de blanqueo de capitales.
Los agentes procedieron al arresto del presunto autor, de 38 años, en su domicilio de Mijas, que fue sorprendido en plena noche por el operativo policial. En el registro que llevaron a cabo en su casa intervinieron 1.355 euros y cuatro vehículos, además de documentación y material informático. Además, en su casa se encontraron objetos de lujo, como cajas de vinos Vega Sicilia y botellas de Moët & Chandon, lo que añadía más pruebas del desmedido nivel de vida del sospechoso. La investigación aún continúa para recuperar el dinero sustraído y completar el proceso judicial contra E.K.V.
