Tras una mínima tregua por el fallecimiento de David Álvarez, el control de uno de los principales grupos de servicios de España vuelve a ser objeto de batalla entre sus hijos. Los cinco que en su día se enfrentaron al fundador de la compañía acudirán a la próxima junta de accionistas, a comienzos de mayo, con la intención de arrebatar el gobierno de la compañía a su hermana María José, que permaneció fiel a su padre y ahora quiere convertirse en administradora única de la sociedad, cuya facturación supera los 1.400 millones de euros anuales.