Cuarenta vinos para cuarenta años. Bodegas Vega Sicilia (D.O. Ribera del Duero) convocó una extraordinaria cata- comida en la que se abrieron añadas impensables, ya descatalogadas algunas que descansan en la “sacristía” de la bodega. Lo mejor de la casa. Y en cantidad.
Se trataba de celebrar los 40 años de la compra por parte de la familia Álvarez de una bodega que, bajo la presidencia de Pablo Álvarez, ha vivido tiempos de esplendor. Fundada a mediados del siglo XIX por Eloy Lecanda, desde sus inicios tuvo un gran prestigio.
Tras pasar por distintas manos, llegó a la familia Álvarez (propietarios de Eulen, etc.) en un negocio que han ampliado admirablemente. Actualmente, Tempos Vega Sicilia posee Alión (1991), Pintia (2001), Macán (desde 2009, en un 50% con Benjamin de Rothschild) y Oremus (1993) en Hungría.
El valor de la excelencia
Todos con un renombre y excelencia como para igualarse, muy tranquilamente, con los mejores vinos del mundo, especialmente los de la casa madre. Como ya adelantamos en Gastrópoli, el último movimiento fue la presentación de la nueva bodega Deiva (Crecente, Pontevedra) para elaborar dos albariños que se espera que salgan al mercado en 2024. La primera incursión de Tempos Vega Sicilia en el mundo de los blancos nacionales.
Salvando los escollos familiares que tiene a la familia enfrentada y les ha llevado a los juzgados, esta fecha redonda de cuatro decenios ha sido motivo de alegría y celebración. También de mirar atrás y recordar ese día de 1982 en el que Zalacaín fue el escenario de la compra de la bodega por la familia Álvarez. Ahora, el presidente del Grupo ha dirigido una emotiva carta a la prensa y amigos en la que hace balance de su obra.
Amor a la viña
“La calidad llevada absolutamente a todo” afirma en ella, con especial mención de las 650 hectáreas de viña que poseen, base de sus vinos. “La viña es lo más grande y hermoso que tenemos… ha sido nuestra obsesión durante 40 años”. No faltó el homenaje a todo su equipo, entre ellos a Gonzalo Iturriaga, enólogo jefe desde hace 7 años.
Fue la fiesta de Vega Sicilia y no pudo ser más generosa ni estar mejor orquestada. La cita fue en el restaurante Etxebarri, enclavado en plena naturaleza en el Valle de Atxondo (Bilbao). Su cocinero y propietario Bittor Arginzóniz organizó una incomparable sinfonía de platos en un largo menú. Vinos y cocina: pocas veces la grandeza de ambos habrá alcanzado cotas tan altas.
Un largo viaje por vinos sublimes
No era una cata formal, sino como comentó Pablo Álvarez, una reunión de amigos con algo que celebrar. El derroche fue espectacular y muchos de los vinos que se probaron iban en formato magnum. El más antiguo que se tomó fue el Único 1942, pero hasta llegar allí hubo un recorrido maravilloso e inolvidable.
Añadas como el 1964, 1960, 1968, 1953… El viaje fue saltando por los años 50, 60, 70, 80, 90… hasta llegar prácticamente a nuestros días con los Valbuena. A los postres no faltaron los dulces de Tokaji: Oremus 5 puttonyios 2013 y Szencia 2011.
El secreto de la eterna juventud
Quedó comprobado que la casa goza de una excelente salud para conseguir elaborar estos vinos que, unos decantados y otros sin decantar, algunos ya tirando a color teja y otros aún en plena juventud (en cata), resisten el paso del tiempo insuperablemente. Evolucionando bien o mejor, guardando su esencia, conservando su ADN. Es el secreto de la ‘casi’ eterna juventud.
Hemos seleccionado cuatro vinos por diferentes motivos. Único 1999 porque fue la última cosecha del siglo XX calificada como “Excelente” por el Consejo Regulador, Único 1986 ya que sería de las primeras añadas elaboradas casi íntegramente con Pablo Álvarez ya en la presidencia de la bodega… y no puede faltar el vino más antiguo que probamos: Único 1942.
Añadimos Único 2004, ya que nos pareció un vino que, a pesar de sus años, parece aún un joven en plena forma, y nos sorprendió mágicamente. Para terminar, un homenaje a Oremus, la bodega húngara de la casa con un tokaji Oremus 2013, toda una obra de arte en clave dulce y, como los anteriores, uno de los mejores vinos del mundo. En todos los casos hemos seguido las notas de cata de la bodega.
Único 1999
Elaborado con tinto fino (90%) y 10% cabernet- sauvignon. Cereza con ribetes rubí. Complejo, notas de ebanistería, compota, mentol… En boca aplio y opulento y muy persistente. Potencial de guarda según la bodega de 40- 60 años conservado en buenas condiciones.
Único 1986
Tinto Fino 75% y cabernet- sauvignon 25%. Rojo cereza intenso, en nariz café, tabaco… todavía hay frutas. Potente, bien constituído y amplia retronasal. Potencial de guarda de 40- 60 años.
Único 2004
Un 87% de tinto fino y resto cabernet- sauvignon. Profundo color rubí. Amplio y potente, mucha fruta en nariz. Fresco y limpio. En boca es potente, abierto, persistente. Capacidad de guarda 40- 60 años.
Único 1942
75% tinto fino, 15% cabernet- sauvignon y 10% merlot y albillo. Color yodado, aún brillante. Muy presentes los aromas de reducción en botella. Vino a decantar. Elegante, equilibrio entre madera, variedad y reducción. Gran personalidad.
Aszú 5 Puttonyos 2013
Vinos húngaros con una interesante elaboración de la bodega Oremus (Hungría) de Tempos Vega Sicilia . Uvas furtmint, Hárslevelü, Sèta y Sárgamuskotály con edad media del viñedo de 18 años. Un vino dulce natural con aromas a melocotón, albaricoque… rico e intenso, final largo de azahar y especias.
El Menú de Etxebarri (Bittor Arginzóniz)
Nuestro chorizo; Anchoa al salazón sobre tosta de pan; Caviar; Berberechos; Cañaílla; Gambas de Palamós; Erizo; Kokotxa de merluza; Yema de huevo con trufa blanca; Tartar de chorizo; Hongos con berenjena; Callos de bacalao salsa vizcaína; Lomo de bacalao; Chuleta de vaca; Cabrito. Helado de leche reducida y remolacha; Soufflé de chocolate.
Nota: Ninguno de los vinos mencionados se han seleccionado por motivos comerciales, su elección es una decisión únicamente de calidad y periodística. Los precios son meramente orientativos.