Ángel Carromero, número dos de Nuevas Generaciones de Madrid y conocido por ser el chófer del funesto accidente de julio de 2012 en el que perdieron la vida los disidentes cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero, ha vuelto a salir a la palestra. Según ha sabido este medio, Carromero prepara sus memorias, ya en una fase avanzada aunque todavía le quedan meses para terminar. Las escribe él mismo cuando saca tiempo de su trabajo como asesor del Ayuntamiento de Madrid, cargo que recuperó al volver a España y recobrar la libertad condicional en medio de una fuerte polémica y por el que cobra 50.000 euros brutos anuales.
Más que unas memorias, se trata de un libro contando su versión de lo acontecido en la provincia de Bayamo aquel fatídico 22 de julio de 2012. La sentencia de cuatro años de prisión por “exceso de velocidad” –que le fue revertida en tiempo récord desde que fue extraditado a España en enero de 2013 hasta lograr la actual libertad condicional- es para Carromero una farsa: para él, las muertes de Payá y Cepero fueron “asesinatos de Estado”, de acuerdo con la entrevista que concedió a El Mundo en agosto pasado, seguida de otras. No ha trascendido nada del contenido del libro, pero es seguro que estas cuestiones se tratarán con profundidad.
Muerte bajo sospecha. La verdad sobre el caso Ángel Carromero, será el título elegido para publicar su verdad. Lo hará a través de la editorial Anaya, afirma la prensa anticastrista de Miami, algo que este medio ha corroborado. Al joven dirigente, aupado a la dirección de la rama juvenil del PP de Madrid en octubre pasado (amagó con presentarse pero al final se parapetó tras la flamante presidenta Ana Isabel Pérez), le respaldan pesos pesados del partido, como Esperanza Aguirre, aunque también tiene a buena parte de la militancia popular en contra, y sus salidas de tono han exasperado a Exteriores, cuyo ministro, José Manuel García Margallo, trabajó duro por traerle de vuelta hace más de un año.
No habla con la prensa
En este sentido, Carromero tiene el don de la oportunidad: gracias al impulso de Mariano Rajoy, la Unión Europea inicia un insólito proceso de deshielo con Cuba, según publicó El País el 15 de enero. Fue José María Aznar, predecesor del actual presidente español, el que inició una política de mano dura hacia la isla caribeña, conocida como posición común. Arrancó en 1996, se basó en la defensa de los derechos humanos y las libertades civiles y consiste, a grandes rasgos, en una extraña marginación institucional del país comunista que no tiene parangón con otras políticas comunitarias. Dieciocho años después, la posición común no parece haber servido para mucho.
La importancia del Ejecutivo español entre los Veintiocho es notoria, ya que fue otro Gobierno del PP el que impulsó la iniciativa. Hasta el punto que el disidente Guillermo Fariñas acusó hace pocos días a Rajoy de “complicidad” con las autoridades cubanas. Es lógico pensar, pues, que el libro que ultima Carromero no ayudará a encauzar las relaciones diplomáticas. De momento, el joven y controvertido político no habla de su libro con la prensa, a diferencia de las copiosas entrevistas que concedía en verano. Según fuentes del PP, alguien de arriba a dado un toque a los dirigentes de Nuevas Generaciones para que mantengan perfil bajo y no se extralimiten en las redes sociales.