El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha asegurado este miércoles que el significativo peso que la CUP consiguió en las elecciones catalanas "ha complicado mucho las cosas" en esta legislatura. Justo un año después de que, en calidad de presidente de la Generalitat, firmara el decreto de convocatoria de las elecciones catalanas del 27 de septiembre, Mas ha alegado que lo que no pudo "calcular" en ese momento era que "habría gente de Cataluña que, impulsada por la buena fe y pensando que la CUP era David Fernández y Antonio Baños, votó a la CUP", creyendo que "era igual que votar a Junts pel Sí (JxSí)", cuando "era radicalmente diferente".
Así se ha pronunciado Mas en rueda de prensa para valorar la decisión del Congreso de dejar sin grupo propio al PDC -la antigua CDC-. Mas se ha mostrado satisfecho con que en el Parlament haya una mayoría absoluta independentista, pero ha lamentado que la gobernabilidad dependa de la CUP: "Yo no podía calcular que nos faltaría un solo diputado a JxSí para gobernar con un poco más de tranquilidad". JxSí logró 62 diputados, la CUP 10 y el resto de la oposición no independentista 63: esto ha significado desde entonces que a JxSí no le valga con la abstención de la CUP para sacar adelante sus propuestas, sino que necesita de al menos un voto afirmativo de los anticapitalistas.
"Yo no podía calcular que nos faltaría un solo diputado a JxSí para gobernar con un poco más de tranquilidad"
En esos comicios, según Mas, el voto soberanista "se distribuyó" de tal manera que "ha complicado las cosas", porque JxSí se quedó a seis escaños de la mayoría absoluta y a expensas de los 10 diputados de la CUP para tirar adelante del proceso soberanista. En términos generales, Mas ha hecho una lectura positiva de los comicios del 27S, porque realmente fueron "plebiscitarios" y dieron mayoría absoluta de escaños a las fuerzas independentistas. Sólo hubo una formación, Catalunya Sí que es Pot, que no se las quiso tomar como un plebiscito sobre la independencia, ha matizado.
Mas se ha mostrado "muy contento" con el papel que está jugando su sustituto en la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont, y con la "cohesión" del Govern y de JxSí. En cambio, está "muy descontento" con la "reacción del Estado español, que se pasa la democracia por el cogote, no entiende nada de lo que está pasando en Cataluña" y actúa "de manera arbitraria y brutal contra una parte del pueblo de Cataluña". Los dirigentes políticos estatales, a su juicio, están demostrando "muy poca talla política" ante un "movimiento de base popular" y "radicalmente democrático" como el que impulsa el proceso soberanista.
