España

El diputado de Sumar "perseguido" por hablar aragonés cobraba de la TV pública por un programa en ese idioma

Jorge Pueyo, parlamentario de Sumar que dice sufrir "represión" por hablar aragonés, ganaba dinero en una televisión pública por un programa en esta lengua

  • Jorge Pueyo, diputado de Sumar / -

La "represión" ya no es lo que era. O al menos no es la que conocieron Martin Luther King, los judíos en la Alemania nazi o las víctimas del apartheid sudafricano. Hoy, uno puede lamentarse amargamente sufrir "represión" y "discriminación" al mismo tiempo que se cobra 70.000 euros al año y se ocupa un escaño en el Congreso de los Diputados. Curiosa forma de "represión" la que dice padecer el diputado de Chunta Aragonesista Jorge Pueyo, erigido en firme defensor de los que charran aragonés.

La colección de víctimas de nuestros días no caben ya ni en el camarote de los hermanos Marx. Pueyo, diputado nacional por Chunta Aragonesista con solo 27 años, lamentaba esta semana en la Cámara Baja: "Nos han estado censurando y reprimiendo toda la vida; yo no he podido estudiar en mi lengua y los aragoneses no tienen derechos lingüísticos plenos".

Pueyo se queja de no haber podido estudiar en aragonés, lengua que hablan 15.000 personas en todo Aragón, el 1,1%. Pese a su carácter minoritario, este diputado considera una discriminación no haber podido recibir clase en este idioma. Es más, en una entrevista se queja amargamente -oh, tragedia- de que no pudo ver dibujos animados en aragonés.

Según un informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), el aragonés se habla tres veces menos que el catalán en Aragón, que lo utiliza bien el 3% de la población. Hay más personas que hablen bien el rumano (3,3%) y el francés (4,6%) que el catalán y, ya no digamos, el aragonés.

El programa de Pueyo en la pública

El carácter marginal del aragonés no es óbice para que Pueyo se atreva a afirmar en sede parlamentaria que "no hay una lengua común, sino muchas lenguas comunes", refiriéndose al castellano, hablado por el 97% de los habitantes de Aragón.

Lo cierto es que el "perseguido" Pueyo lleva años ganándose la vida de charrar una lengua que habla el 0,03% de los españoles. Y es que, antes de llegar al hemiciclo, Jorge Pueyo se ganaba la vida presentando un programa en aragonés financiado por la televisión pública aragonesa (Aragón TV), A escampar la boira. Una cita televisiva donde se ganó el apodo de 'Broncano aragonés'.

Fuentes consultadas señalan que la realización de este programa pudo ser una de las condiciones de Chunta Aragonesista (partido del que el padre de Pueyo fue militante histórico) para formar gobierno con el PSOE, el PAR (Partido Aragonés) y Podemos.

Antes de emular al cómico David Broncano en la televisión aragonesa, Pueyo se fijó en el éxito que tenía el noticiario matinal de Ángel Martín, y comenzó a hacer el suyo propio -por supuesto en aragonés- en 2021. Sin embargo, su carrera profesional con el aragonés empezó mucho antes, en 2019, cuando colaboraba en el programa 'Charrín Charrán', el primer programa en esta lengua en una televisión pública.

La "discriminación" del aragonés le ha servido a Pueyo para ganar notoriedad y dinero durante años hasta dar el salto definitivo al Congreso de los Diputados. Un paso que en octubre de 2022, hace tan solo un año, no tenía previsto dar, ya que se sentía la mar de feliz en Aragón -pese a la "represión"-. Así lo afirmaba el propio Pueyo en una entrevista: "No pretendo llegar lejos, con lo bien que estoy yo en Aragón".

Nos esperan momentos sublimes en el Congreso de los Diputados de manos de su señoría aragonesa, que ya protagonizó un choque este jueves con la portavoz de Vox, Pepa Millán.

"Un diputado nacido en los 90, como yo. ¿De qué represión habla? ¿Se cree que estamos aquí para darle apoyo porque un profesor le tenía manía en el colegio? No se preocupe, luego le damos un abrazo si quiere. Resulta que mientras usted se queja amargamente hay muchos españoles que lo están pasando muy mal... Nos pagan por dar soluciones reales a problemas reales de los españoles, y no para hacer terapia de grupo entre ofendiditos y ofendiditas", le espetó Millán.

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