España

En búsqueda de la felicidad: familia numerosa o éxito personal, la falsa dicotomía

En entrevistas a nueve familias numerosas, se revela una forma de vida muy estigmatizada y casi perseguida, una manera de vivir entregada, que no espera nada a cambio. Esta es la realidad de las familias numerosas, hombres y mujeres que afirman que lo mejor de su vida son sus hijos.

Familia numerosa. Foto de archivo. EP.

En un mundo y una sociedad como la actual, que se empeña cada vez más en aislar a las personas unas de otras, condenándolas a una existencia en soledad, surgen voces valientes que se atreven a mostrar que existe otra forma de vivir. No solo entregan su vida para dársela a otras personas, sino que con su ejemplo enseñan a otros a no tener miedo, a vivir felices y a ir a contracorriente sin importar las circunstancias.

En entrevistas a nueve familias numerosas, se revela una forma de vida muy estigmatizada y casi perseguida, una manera de vivir entregada, que no espera nada a cambio. Esta es la realidad de las familias numerosas, hombres y mujeres que afirman que lo mejor de su vida son sus hijos. Ya lo confirma Ana O., una mujer de 38 años y madre de siete hijos: “Cuando llego a casa del trabajo y salen todos corriendo a darme un abrazo, no tiene precio. Es cierto que llego siempre con mil tareas que hacer, pero el amor que recibo a cambio es lo más grande del mundo”.

La realidad de las familias numerosas 

En la actualidad, España cuenta con 818.585 familias numerosas, de las cuales 544.761 se componen de tres o cuatro hijos, 16.118 cuentan cinco niños y 5.720 con seis o más hermanos. 

El contexto económico y político no ayuda a los padres con muchos hijos a llegar a fin de mes ni fomenta la natalidad. Un estudio realizado en 2023 por la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN), con el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales, resume que ocho de cada diez familias numerosas aseguran tener dificultades para cubrir todos los gastos importantes. Casi la totalidad de ellas han tenido que cambiar sus hábitos de compra por la inflación. 

Asimismo, las familias numerosas reciben numerosos ataques solo por el hecho de serlo. La nueva Ley de Familias, que sigue en trámite, equipara a los hogares con muchos niños con otros tipos de familias, lo que hace que las numerosas reciban menos atención por parte de las instituciones. 

La presidenta de la Asociación de Familias Numerosas de Madrid, María Menéndez, asegura que no son suficientes las ayudas gubernamentales que hay: “El Estado no nos considera algo valioso que haya que cuidar”. 

César, padre de cuatro niños, afirma que “la política está dando la espalda a la población joven, notan que pasan de ellos y no se motivan para ayudar a la sociedad, entre esas cosas, teniendo descendencia”.

Tener hijos es bueno para todos, a unos les da la oportunidad de desarrollar su vocación y a los otros les asegura un relevo generacional, pero con la ley de familias nos destruyen del todo, dicen que la familia natural está obsoleta”, reflexiona Menéndez.

Además, esta nueva ley propone cambiar el nombre de “familias numerosas” por “familias con mayores necesidades de apoyo a la crianza”. El presidente de la FEFN, José Manuel Trigo, afirma que esto es un duro golpe para ellas: “Nosotros tenemos los hijos que queremos, pero estos niños son un servicio a la sociedad. Cuando crezcan van a trabajar y a pagar impuestos. Es un servicio y esperamos que se reconozca, y una forma buena de hacerlo es conservando nuestro nombre”. 

A esta afirmación se une Menéndez, que asegura que la ley busca “eliminar” a las familias con muchos hijos “cambiándolas el nombre”. 

Promoción del individualismo

En España cada vez son menos los que deciden formar una familia, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2024 han nacido 52.000 niños menos que hace diez años, y dentro de 15 años habrá 7,7 millones de hogares unipersonales, lo que representará un 33,5% del total. A día de hoy, de los 19 millones de hogares existentes, 5,5 millones están formadas por una única persona. Y dentro de 15 años habrá 2,25 millones más de moradas individuales. Cada vez más, los españoles se van quedando solos. 

Estos datos se suman a otros publicados por el INE: en España ya hay tres millones más de perros que de niños menores de 14 años. Con todo esto, son cada vez más las mujeres que van retrasando la edad de ser madres, siendo en la década de los 30 a los 40 años cuando más hijos se tienen.

Varias madres entrevistadas coinciden entre sí y aseguran que, además de la situación general, “la sociedad actual promueve valores basados en el individualismo”, como comenta Charo, madre de cuatro hijos. 

Como ella, Sara, madre de ocho hijos, comenta que “ahora simplemente somos cada vez más egoístas, nos venden que la vida está para disfrutarla, pero esto produce felicidad momentánea, no felicidad verdadera del alma, del corazón” y añade que “realmente hay gente que piensa que no puede tener hijos porque no tienen dinero”. Ella comenta que, junto a su marido, como creyentes en un Dios Padre, siempre se han sentido libres para tener hijos sin pensar en cuestiones económicas, a pesar de tener siempre dificultades para llegar a fin de mes. 

Ana M., madre de 51 años con nueve hijos, llega a la misma conclusión y explica que “la verdadera y profunda razón por la que la gente no tiene hijos es por egoísmo. Muchas veces se tapa con problemas económicos, de vivienda, de trabajo… Tener hijos es dar tu vida por otro, renunciar a muchas cosas y la gente no quiere hacerlo”.

“Sí, el esfuerzo vale la pena”

En el sistema laboral actual el mensaje a la mujer es claro, si quieres competir y progresar laboralmente no debes tener hijos. Según un informe de Morgan Stanley, una multinacional estadounidense, se prevé que en 2030 el 45% de las mujeres estadounidenses de entre 25 y 45 años estarán solteras, siendo uno de los motivos principales el deseo de progresar en el ámbito laboral. No obstante, hay mujeres que han decidido que su mejor trabajo era dedicar su vida al cuidado de la familia.

Silvia (30 años) y Pablo (34), padres de tres hijos, siempre han sido conscientes de que tener niños dificulta la posibilidad de ascender, pero afirman que nunca les ha importado, ya que entienden que “la familia es la empresa más importante”. 

Otro padre de cuatro hijos ya mayores explica que él nunca se planteó tener una familia numerosa, pero que esto no le ha afectado laboralmente y que su mujer siempre ha trabajado también. Confiesa que, después de “casi 30 años de matrimonio”, Dios les ha ayudado cuando necesitaban algo.

Piedad es profesora funcionaria y su marido Álvaro acaba de perder el trabajo, a día de hoy, ella está embarazada de su quinta hija. Admiten que “cada hijo es una auténtica bendición de Dios”. Piedad explica que ha tenido que renunciar libremente a algunos cargos laborales por su familia, aunque trabaja en un puesto que le encanta. Siendo maestra puede estar con sus hijos y cuidarlos, lo que es la “vocación” de su vida y su “primer trabajo”.

Sara repite la idea de que, a pesar de que formar una familia grande requiere “mucho esfuerzo”, esto “sí vale la pena”. Admite que, aun cuando trabaja realizando su vocación, su mejor trabajo es educar a sus hijos y ser su madre.

Ana M. explica que en el momento en el que dejó de trabajar para dedicarse a sus hijos lo vivió como “una humillación”, pero que con el paso del tiempo ha visto que lo “más importante era esa vida que pudiera venir”. 

Esta madre relata que vale la pena tener una gran familia: “Uno de nuestros hijos mayores nos invitó a comer, a solas, para decirnos lo agradecido que estaba por todo lo que habíamos hecho por él y por nuestra familia. Fue un momento estupendo, un regalo, porque no es algo que normalmente un joven diga a sus padres”. 

“Me despidieron estando embarazada dos veces. Aunque en ese momento sufrí mucho con aquellos despidos, siempre tuve clara mi prioridad. Tuvimos que apretarnos el cinturón y renunciar a muchas cosas, pero valió la pena”, son las palabras de Charo al hablar de su familia y las difíciles situaciones laborales que ha vivido.

“El hecho de tener hijos te hace sacar fuerzas para todo, da igual lo malo que venga, que por ellos haces todo lo que haga falta”, comenta María, madre de 41 años con siete hijos, y explica que siempre ha trabajado, pero le gustaría poder dejar de hacerlo para dedicarse por completo a su familia. Concluye diciendo que “solo tener una razón para ir a trabajar, para levantarte por las mañanas, hace que valga la pena”.

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