Cataluña

Cónclave a puerta cerrada en Montserrat para renovar la doctrina independentista catalana

La consigna de autoafirmación como pueblo fue contemplada también en el ámbito de la lengua y cultura, propugnando mayor inmersión lingüística en la enseñanza

  • Abadía de Montserrat

Una abadesa, un abad, un lobista, dos rectores universitarios, clérigos, periodistas, profesores y sociolingüistas, celebraron a mediados de febrero un cónclave para diseñar La Catalunya que volem. Fueron dos jornadas dedicadas a la renovación doctrinal del independentismo en paralelo a la gestación del Acuerdo de Claridad que pretende Aragonés.

Por iniciativa de los presidentes de la Universitat Catalana d’Estiu y de la Fundació Occitano-Catalana (FOC), en el recinto benedictino de Montserrat, con participación del abad y de la abadesa, se escucharon ponencias y debates encaminados a potenciar la autoafirmación de Cataluña con un objetivo que ahora no se llama independencia sino “unidad socioeconómica”, integrada como tal en la UE junto a otros territorios semejantes. Ese es el horizonte dibujado por uno de los organizadores, Joan Amorós, presidente de la fundación ya citada y de FERRMED, lobby del transporte al que pertenecen entidades públicas y patronales españolas.

La Abadía de Montserrat acogió a destacados teóricos del independentismo

El análisis de Joan Amorós, sobre la situación de los catalanes se resume así: frente a “los que querrían vernos vencidos para hacernos desaparecer como nación, Cataluña es un país de éxito que ha salido adelante siempre (…) a pesar de tener un estado en contra. No podemos ir con lacabeza gacha, hay que reivindicarnos y recuperar el orgullo”. Esas palabras fueron recogidas por El Punt Avui en la única reseña sobre lo que se anunció como “seminario cerrado”, con el título Els valors de la societat catalana d’avui y un programa socio-humanístico, que concluyó en una teoría sobre la autodeterminación socioeconómica al margen del estado.

De lo trascendido sobre el encuentro montado por Jordi Casassas, presidente de la UCE, una fundación mantenida por sociolingüistas y profesores nacionalistas, y por Joan Amorós, cabeza visible de la FOC, destaca un reiterado propósito de autoafirmación del pueblo catalán, una revalorización de su identidad. El programa del evento, partiendo de la firmeza de “los valores más tradicionales del pueblo catalán” y de “las aportaciones universales relevantes que los catalanes han llevado a cabo desde sus orígenes” se fija en “la debilidad demográfica de la base secular” de Cataluña y el retroceso en “los valores socioculturales que la distinguían”, como obstáculos para la “construcción del edificio común que entre todos debemos hacer”.

La consigna de autoafirmación como pueblo fue contemplada también en el ámbito de la lengua y cultura, propugnando mayor inmersión lingüística en la enseñanza. Las líneas generales de las ponencias y coloquios las recoge un documento desaparecido de la exposición pública llamado La Catalunya que volem (La Cataluña que queremos), que en realidad fue el lema de las sesiones. En ese texto, a modo de conclusiones provisionales, junto a lugares comunes de socioeconomía hay un epígrafe clave, Unitats socioeconomiques, que tras aludir a la dificultad de “conseguir la autoafirmación colectivaen unidades poblacionales” de gran tamaño, añade: “Centrarse en unidades socioeconómicas de una dimensión orientativa en número de habitantes no superior a un 2 o un 3% de la población de la UEresultaría más gestionable”.

La lectura completa del documento retirado de la circulación desvela un mensaje subliminal para que Cataluña se convierta en “unidad socioeconómica” exclusiva con una dimensión más reducida de la actual, es decir, independiente de España (no lo dice así) dentro de una Unión Europea “cohesionada, próspera y sostenible”. Ese y otros textos sobre el desarrollo de lo tratado estaban colgados en la web de la Fundació Occitano-Catalana, pero ya no es posible leerlos porque hace tres semanas esa web se fue a negro.

Los reunidos en la Abadía de Montserrat fueron adoctrinados en la idoneidad de las unidades socioeconómicas a través del concepto EULER, siglas tomadas de European Locomotive Economic Region, algo así como región locomotora de la economía europea. Esa es, en síntesis, la propuesta de la farragosa ponencia presentada por Joan Amorós con alusiones a la teoría de los círculos y a la Nueva Cultura Empresarial.

Cataluña, según el presidente del lobby del transporte ferroviario y por carretera, reúne las condiciones para ser EULER y caminar por Europa de la mano de Suiza, Finlandia, Lombardía, Flandes, Baden-Württemberg… Eso requeriría separarse del estado español aunque el borrador de conclusiones no lo dice -ni siquiera menciona a España- limitándose a señalar que es “necesario profundizar en laCataluña que queremos”, que incluye competencias plenas en fiscalidad, finanzas, justicia, educación, seguridad, energía, investigación, protección social, etcétera.

Amorós, voz cantante del seminario, y Jordi Casassas, los organizadores

Terminó la ponencia del presidente de la fundación convocante, y voz cantante del encuentro, con un encendido llamamiento aunque con terminología imprecisa. “¿Qué hemos de hacer en Cataluña?”, se pregunta Joan Amorós, lobista muy cercano al Govern catalán, para responderse a continuación: “Avanzar decididamente en el proceso de autoafirmación y aportación de valor añadido. Debemos consolidarnos como pueblo autoafirmado con valores compartidos (por nuestros ciudadanos) aportadores de progreso. Es necesario consolidar un envoltorio común estimulante”.

El texto La Catalunya que volem propone una movilización del tejido asociativo catalán -colegios profesionales, Universidades, Cámaras de Comercio, asociaciones empresariales y sindicales, asociaciones culturales, cívicas y de ocio, etc.- para evaluar la situación de Cataluña en cuanto a los requisitospara convertirse en EULER. Todo ello responde al planteamiento de Amorós, que trasladó a la autoafirmación catalana conceptos y estrategias del grupo lobista que preside. La amalgama entre las dos entidades tan diferentes que preside, ese lobby empresarial y la Fundació Occitano-Catalana, salta a la vista con la presencia de los logotipos de ambas en la ponencia leída por el doble presidente. Y también en que la secretaria del cónclave de Montserrat fue Assumpta Torrent, a la vez responsable de comunicación de FERRMED, aparte de consejera por ERC en el distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi.

Coloquio al término de la ponencia de Joan Amorós

No consta que los casi 120 socios de la organización empresarial y corporativa de Joan Amorós conozcan la implicación de la entidad y de su presidente en la reunión de febrero destinada a renovar la argumentación del independentismo catalán para abandonar el estado español bajo la forma de una supuesta EULER. Ni tampoco si socios españoles de la agrupación lobista como las Cámaras de Comercio de Almería, Murcia, Valencia, Castellón, Tarragona… o entidades públicas como las Autoridades Portuarias de Almería, Cartagena, Alicante, Baleares, Valencia, Barcelona…, se identifican con el planteamiento nacionalista identitario compartido en Montserrat con referencias a conceptos o estrategias del citado lobby.

Algo semejante cabe pensar de la española Abertis, líder mundial en autopistas, de los Colegios de Ingenieros Industriales de la C. Valenciana, Murcia y Andalucía Oriental y de patronales y actores del transporte de mercancías que figuran en el recuadro superior.

Entre los datos filtrados de ese encuentro sobre els valors de la societat catalana d´avui no aparecen las intervenciones de los participantes más conspicuos previstos, como el rector de la Universidad de Barcelona, Joan Guàrdia, el de la Universidad Pompeu Fabra, Oriol Amat (relevado en marzo), junto a catedráticos, escritores,  miembros del Institut d’Estudis Catalans…, como Jaume Sobrequés, Joandomènec Ros, Josep Cruanyes, Xavier Ibáñez, Vicenç Villatoro, Bernat Joan, Marta Rovira i Martínez, Ramon Talamàs (presidente de la Cámara de Tarrasa) o la expresidenta de la ANC Elisenda Paluzie, también vicepresidenta de la UCE. Del documento provisional de conclusiones se deduce que hubo aportaciones de humanismo cristiano en aras de un perfil espiritual en la autoafirmación de Cataluña previa a alcanzar el rango de “Unidad socioeconómica” con una adecuada dimensión poblacional.

La abadesa Mª del Mar Albajar (ara.cat) y Manel Gasch, abad de Montserrat

Según versión oficiosa de lo ocurrido el 17 y 18 de febrero en el marco de Fe y sabiduría entre montañas, como denomina la Generalitat a la Abadía, hubo reuniones presididas por el abad montserratino Manel Gasch y la abadesa de San Benet de Montserrat, Maria del Mar Albajar. El programa no les adjudicaba ponencia pero se escucharía su voz en los debates sobre los valores espirituales de la sociedad catalana, algo sobre lo que ya se han manifestado en otras ocasiones.

En un coloquio de la Universitat Catalana d’Estiu el verano pasado, la abadesa Albajar habló de la “soberanía espiritual” del derecho a la lengua, añadiendo que el magisterio de la Iglesia “reconoce particularmente el derecho a la independencia” aunque recordó unas palabras del Papa de que si se trata de secesión “hay que cogerlo con pinzas”. La titular de la comunidad de San Benet de Montserrat afirmó en la misma ocasión que entre los “derechos humanos intrínsecos” se encuentra “el derecho a la autodeterminación no solo personal, sino de las naciones y las comunidades”.

Entre las consideraciones espirituales y religiosas expuestas en Montserrat destaca una de Joan Maluquer, presidente de la Lliga Espiritual de la Mare de Déu de Montserrat, criticando la universalidad de la Iglesia desde una posición claramente identitaria: “Nos han vendido que la Iglesia debe ser universal, cuando en realidad debe estar incardinada enuna cultura concreta, en una sociedad concreta y en unas circunstancias concretas”. Una enmienda a la catolicidad desde el nacionalismo que se sobrepuso al coloquio sobre La espiritualidad como valor individual y social mantenido por los periodistas Laura Mor, ex directora de Catalunya Religió, y Pere Codina, padre claretiano.

El ministro Félix Bolaños, mano derecha de Sánchez para la mesa de diálogo con el Govern y quizás también para el Acuerdo de claridad, tuvo ocasión el pasado 20 de abril, durante su visita a Montserrat, de indagar sobre el seminario a puerta cerrada allí celebrado. No lo hizo a juzgar por las cuatro líneas que la Abadía dedicó a la jornada compartida con el titular de la Presidencia. Tras recorrer la biblioteca, la Sala Capitular y el Camarín de la Moreneta, almorzó “amb la comunitat benedictina i ha pres café amb el P. Abat Manel i altres monjos”. El mismo Bolaños que comparte mesa y mantel con los benedictinos de Montserrat es el azote de los benedictinos del Valle de los Caídos.

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