Una comadreja se introdujo el viernes en el interior del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), provocó un cortocircuito y estropeó los sistemas eléctricos, por lo que el aparato permanecerá paralizado durante varios días. Así lo ha confirmado la propia institución que ha advertido que las reparaciones tomarán varios días, en los que el LHC deberá permanecer paralizado.
El aparato más estropeado por el cortocircuito fue un transformador de electricidad de 66 kilovoltios, especificó la entidad. El LHC estaba a punto de lograr esta semana el hito histórico de alcanzar una velocidad jamás obtenida en un acelerador de partículas.
El 21 de mayo de 2015, por primera vez en la historia, el Gran Acelerador de Hadrones (LHC) del CERN consiguió que un haz de protones circulase a una energía de 6,5 TeV lo que permitió las colisiones a una energía de 13 TeV. Estaba previsto que esta semana esa energía aumentase aún más.
Nueva etapa de operaciones
El LHC volvió a funcionar hace justo 12 meses, después de dos años de parón para un mantenimiento técnico completo y tras haber sido el instrumento que hizo posible el descubrimiento más importante en el terreno de la física en las últimas décadas: la partícula elemental conocida como "bosón de Higgs". Este bosón es una de las piedras angulares del Modelo Estándar de la física, pero su existencia era solo teórica hasta que pudo ser visto en el LHC, con lo que la teoría quedó comprobada.
El 21 de mayo de 2015, por primera vez en la, el Gran Acelerador de Hadrones logró que un haz de protones circulase a una energía de 6,5 TeV
En esta nueva etapa de operaciones que comenzó el año pasado y durará hasta 2018, el acelerador mejorado podrá utilizar toda su capacidad para poder arrojar luz sobre la composición de la materia oscura.
El LHC es el mayor y más potente acelerador del mundo, con imanes conductores que funcionan a modo de pilas, y su energía almacenada equivale a la de un portaaviones desplazándose a 43 kilómetros por hora o a la de un avión Airbus 380 volando a setecientos kilómetros.
El acelerador tiene la forma de un anillo de 27 kilómetros de circunferencia y está en un túnel localizado a unos ochenta metros bajo tierra, entre Suiza y Francia. Para funcionar requiere estar a una temperatura de 217 grados centígrados bajo cero, más baja que la del espacio.