El Aeropuerto de Tenerife Sur es el séptimo con mayor tráfico de España. Ya es tristemente habitual las imágenes de largas colas en las zonas reservadas para el cruce de fronteras donde desempeñan su labor los agentes de la Policía Nacional. Estos funcionarios están llegando a lidiar con 18 vuelos en dos horas en los que desembarcan 3.500 pasajeros. Las kilométricas filas provocan los enfados de los turistas, el estrés de los policías y hartazgo de los mandos que solicitan de forma constante a AENA que revise las programaciones. "Horas y horas en una cabina de un metro y medio sin poder ir ni al baño", relatan fuentes policiales a Vozpópuli sobre la carga de trabajo.
Las cifras del Aeropuerto de Tenerife Sur hablan por sí solas. Doce millones de personas llegaron a la isla en 2023 por este complejo. Es el séptimo con mayor tráfico aéreo de pasajeros de España a muy poca distancia del quinto y el sexto (Alicante y Gran Canaria).
El origen de los problemas en el aeropuerto
Una de las estampas que, tristemente, se están haciendo habituales son las largas colas en las zonas reservadas para el cruce de fronteras, lugares donde la Policía Nacional desempeña su labor de comprobación de la documentación y circunstancias de cada pasajero. Estas filas no solo afectan al control de fronteras. También hay largas esperas para coger taxis o autobuses, según estas mismas fuentes que son testimonios de policías recogidos por Unión Federal de Policía (UFP Tenerife).
El origen del problema ha sido detectado por los funcionarios: se acumulan un gran número de vuelos procedentes de Reino Unido en espacios de tiempo muy cortos. El pasado 25 de octubre llegaron 18 vuelos en menos de dos horas con 3.500 pasajeros. Se vivieron episodios con colas de hasta 250 metros de longitud para el control de documentación. "La gente se desesperaba, había personas nerviosas ante la posibilidad de perder su vuelo", señalan estas fuentes policiales.
Según ha podido revisar Vozpópuli, de la página web de AENA, el día 3 de diciembre de 2024, se podía ver cómo en 45 minutos llegaron nueve vuelos procedentes del Reino Unido, que como es un país NO SCHENGEN, tiene que pasar control minucioso en fronteras, y debe sellársele el pasaporte a cada extranjero.
"Esta función es improrrogable y requiere su tiempo", señalan fuentes policiales. Los agentes se sienten incapacitados para prestar ese servicio con la rapidez que todos esos turistas les gustaría. Los policías deben comprobar la identidad del pasajero, verificar el pasaporte, revisar si sobre esa persona pesa algún tipo de prohibición que atañe a fronteras o si está reclamado por alguna autoridad. Además, hay realizar el sellado de la documentación.
Así, los funcionarios subrayan que la planificación de las llegadas y salidas de los vuelos las tiene AENA. Y es que abrir los filtros no es una opción. Es esencial la seguridad de nuestras fronteras y no se puede dejar pasar a nadie a España sin saber su identidad. "Igualmente, no podemos dejar salir a las personas que están en nuestro territorio sin comprobar su identidad, y sin verificar que no están siendo reclamadas, por ejemplo, por un juzgado. Esta medida convertiría a España en un paraíso de la rapiña para los delincuentes internacionales", analizan estas fuentes.
El trabajo de los policías en el aeropuerto
Los policías ponen sobre la mesa una propuesta para reconducir la situación. Más agentes y mejor organización, es la medida que se ha solicitado desde el sindicato UFP. Los mandos de la provincia de Tenerife han mostrado su mejor disposición para la solución del problema, pero "esto trasciende sus potestades y competencias, y requiere de la inmediata intervención del Gobierno".
"Si no se hace nada para solucionar este problema, no debería extrañar a nadie que la cifra de visitantes descienda, en detrimento de destinos turísticos donde los viajeros se sientan mejor tratados", añaden. Los policías están afectados por tener que prestar el servicio en condiciones que "afectan negativamente al ciudadano". Perciben la tensión, las quejas, el apuro ajeno ante la incertidumbre de poder pillar su vuelo o si les dará tiempo a llegar al hotel.
Atienden de forma "cuasi mecánica" a centenares de personas. Sentados en una cabina de un metro y medio cuadrado. Sin poder tener un relevo para descansar, moverse o simplemente poder ir al baño. Tenerife sigue siendo uno de los destinos preferidos para el invierno por sus temperaturas envidiables. La afluencia de turistas no ha cesado y en los próximos meses se incrementará aún más.