España

Condenados a hasta tres años de cárcel los artífices de una estafa piramidal que defraudó más de diez millones

La Audiencia Nacional ha condenado a hasta tres años de cárcel, así como a multas y a devolver el dinero defraudado, a los responsables de una estafa piramidal que funcionó

  • Fachada de la Audiencia Nacional.

La Audiencia Nacional ha condenado a hasta tres años de cárcel, así como a multas y a devolver el dinero defraudado, a los responsables de una estafa piramidal que funcionó a través del grupo empresarial Es Dinero entre 2005 y 2009 en varios puntos de la geografía española, aunque sobre todo en Mallorca, dejando un saldo de cientos de afectados y más de diez millones de euros estafados.

En una sentencia dictada el pasado 7 de junio, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sala de lo Penal señala a Gabriel Frau como el 'cerebro' de la trama y a su hijo, Juan Frau Mir, y los otros dos acusados --José Ruiz y Juan Andrés Morcillo-- como cooperadores necesarios, condenando a tres años de cárcel al primero y dos años de prisión a los demás por un delito continuado-masa de estafa.

Además, impone a Frau una multa de ocho meses a razón de diez euros diarios y a los otros tres, otra multa de seis meses con una cuota diaria de ocho euros, al tiempo que ordena a los cuatro a devolver el total defraudado (10.740.149,36 euros) a las víctimas en concepto de indemnización por vía de responsabilidad civil, condenándoles también en costas.

Los magistrados validan así el acuerdo de conformidad alcanzado por los cuatro imputados con el Ministerio Público y que han respaldado las demás acusaciones, donde se da por probado que los acusados, "actuando de común acuerdo, bajo la dirección intelectual del Frau, y siempre movidos por un afán de obtener un ilícito beneficio", perpetraron una estafa piramidal.

Comenzó en 2005, en Palma de Mallorca, donde Frau, "valiéndose de cierta experiencia que como empleado de banca poseía, ideó un entramado pretendidamente financiero, gestionado directa y personalmente por él, denominado Grupo Es Dinero", integrado por varias sociedades y marcas comerciales que operaban a través de Internet sin que ninguna tuviera la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ni del Banco de España para actuar en el mercado financiero.

Su actividad principal, de acuerdo con el fallo, era la captación de inversores a los que aseguraban rentabilidades muy por encima de las que podían ofertar las entidades bancarias y financieras en ese momento, réditos que en algunos casos alcanzaban el 25% del capital invertido.

La oferta cristalizaba en contratos de préstamo suscritos por Frau y los inversores donde se estipulaba la rentabilidad acordada y la posibilidad de que pudieran recuperar el dinero invertido siempre que avisaran con dos meses de antelación.

El "boca a boca"

"Inicialmente", relata el fallo, "los inversores percibieron los elevados rendimientos acordados, generando en éstos una sensación de tranquilidad y confianza, que provocó, no solo que algunos invirtieran nuevas sumas, sino que también se produjera un 'efecto llamada' o 'boca a boca' de estos mismos inversores, que atrajo a otros nuevos".

Cuando Frau captaba un nuevo inversor destinaba los fondos a pagar los intereses prometidos a otros inversores más antiguos, así como a la gestión de capitales que generaban rentabilidad a Es Dinero, construyendo de esta forma un círculo vicioso que estalló en el primer trimestre de 2009, momento en el que la crisis financiera provocó que dejaran de llegar nuevos inversores.

Al dejar de percibir los intereses acordados, los inversores ejercitaron "en masa" la cláusula de recuperación del dinero, lo que precipitó el colapso de la estafa piramidal por "evidente falta de liquidez", al estar basada en "la más pura, mendaz y fraudulenta apariencia de solvencia financiera".

Una "puesto en escena" convincente

La Sala de lo Penal destaca que "los acusados desplegaron una mendaz y hábil estrategia dirigida a la captación progresiva de clientes inversores". En primer lugar, por los atractivos intereses y la 'garantía' de poder recuperar los fondos prestados.

También, "y como evidente señuelo, mostraron una aparente solidez de Es Dinero publicitándose en medios de prensa escrita a nivel nacional, e incluso a través de Google, haciendo hincapié en la existencia de diferentes sedes o establecimientos denominados Prestamitos por toda la geografía nacional", como Madrid, Málaga o Valencia.

"Toda esta 'puesta en escena' creaba una falsa sensación de solvencia y seguridad que provocaba la afluencia de nuevos inversores", sostienen los miembros del tribunal sentenciador.

De estafado a estafador

Para hacer posible este movimiento circular del dinero, Frau y sus compinches se valieron de una red de cuentas corrientes, que abría él mismo o a través de los demás acusados o sociedades interpuestas.

Cada uno jugaba su papel, todos conocedores del negocio ilegal, recalca la Audiencia Nacional. Así, Ruiz abrió varias cuentas corrientes, cuyas claves daba a Frau para que las gestionara a su antojo. Por ello, llegó a percibir 250 euros mensuales de Es Dinero.

Por su parte, el hijo del principal acusado, que figura como administrador único de una de las empresas del entramado defraudatorio, participó "activamente" en el mismo. En su caso, prestaba dinero a cambio de que los clientes le dieran un bien en prenda y, vencido el plazo, si no habían devuelto el capital lo vendía. Los fondos obtenidos se ingresaban en cuentas corrientes abiertas por el propio Frau Mir que gestionaba su padre.

El otro acusado, Morcillo, fue cliente de Es Dinero pero posteriormente se unió a la trama captando nuevos inversores. Convenció a una amiga suya que llegó a entregar 100.000 euros al grupo empresarial, "no percibiendo jamás ni rendimiento alguno ni, por supuesto, la devolución de la citada suma".

Estas artimañas han arrojado un saldo de cientos de afectados, según el despacho Vázquez Abogados, que ha representado a algunos de los perjudicados. Entre las víctimas de esta red financiera se encuentra una familia que perdió 1.668.150 euros, la mayor suma estafada a un solo cliente por Es Dinero.

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