Si todo hubiese sucedido tal y como estaba previsto, la examante del Rey Corinna Larsen hubiese declarado ya hace meses ante la Justicia española. Sin embargo, tanto la expansión por la covid-19 como fallos telemáticos para interrogarla por videoconferencia por su temor a viajar a España han imposibilitado hasta ahora su participación en las dos causas por las que se le reclama.
Hasta ahora, la única vez que se sentó ante las autoridades españolas fue en diciembre del año pasado en Londres, su lugar de residencia habitual. La Fiscalía anticorrupción quiso hacerle una serie de preguntas en calidad de testigo sobre lo que sabía al respecto del presunto cobro de comisiones de empresarios españoles implicados en la construcción del AVE a La Meca. Eran los inicios de las pesquisas que han acabado en el Tribunal Supremo al afectar directamente al rey emérito.
Ella misma había abordado esta cuestión durante su reunión con el comisario Villarejo en 2015 que acabó aireada en los medios. Lo que le dijo al fiscal español Luis Pastor es que no podía ofrecer más detalles porque apenas tenía información y la que tenía era por terceros, según un comunicado difundido por sus abogados.
Por videoconferencia
Corinna Larsen afirma que está dispuesta a colaborar con la Justicia, pero no a desplazarse a España. Dice temer por su seguridad. Así lo plasmó por escrito en un acta notarial a la que tuvo acceso Vozpópuli: “Estoy dispuesta a responder sobre los asuntos y los hechos expuestos a continuación para ayudar al tribunal español en su investigación. Sin embargo, deseo hacerlo de forma remota a través del enlace de vídeo”.
“No viajaré a España para testificar en persona, en parte porque creo que mi seguridad personal no puede garantizarse dada la conducta pasada y presente del general Sanz Roldán”, añadía la carta. Se refiere al exjefe del Centro Nacional de Inteligencia y la causa en la que acepta declarar es el juicio por calumnias en el que se sentará en el banquillo Villarejo por decir en televisión que Sanz Roldán amenazó de muerte a Corinna Larsen. Ella confirma que eso sucedió y el exjefe de los espías españoles lo niega.
El que será el primer juicio contra el polémico comisario está fijado para el próximo 18 de septiembre. Pero antes fue aplazado hasta en tres ocasiones por la imposibilidad de contar con la declaración de Corinna Larsen. En un principio iba a ser el 7 de febrero en un Juzgado de Madrid, pero tuvo que aplazarse por los problemas técnicos para celebrar la videoconferencia, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Tres aplazamientos
Se estableció una nueva fecha para el 23 de marzo, pero en ese momento España estaba en pleno confinamiento por la expansión del virus covid-19 y se aplazó de nuevo al 10 de julio. No obstante, el Juzgado no logró solucionar para entonces los obstáculos técnicos y la juez María Pilar Casado optó por posponerlo por tercera y hasta ahora última vez.
Algo parecido ha pasado en la otra causa por la que ha sido citada, en este caso no como testigo sino como investigada y en la Audiencia Nacional. El juez del caso Villarejo, Manuel García Castellón, la investiga por contratar presuntamente los servicios del comisario cuando todavía estaba en activo para que indagara en torno a su asistente personal de la que sospechaba que estaba filtrando información sensible. La examante del rey emérito ha recurrido su imputación ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, el órgano superior al juez de instrucción.
El magistrado la citó inicialmente para el 7 aceptando su declaración por videoconferencia, pero ha decidido aplazarla al 28 de septiembre y el formato todavía está por determinar. Ella ha ofrecido declarar desde el despacho de sus abogados, pero esta opción no convence al magistrado español, que buscará explorar otras opciones que incluyen desplazarse personalmente a Reino Unido, hallar otro emplazamiento o incluso citarla personalmente en Madrid.
Desde el Juzgado entienden que no se le puede dar un trato distinto que al de otros investigados en la macrocausa del caso Villarejo y que no es lo mismo una declaración como testigo que como imputada. No obstante, entienden que las complicaciones derivadas de la covid dificultan el desplazamiento entre ambos países.