Moncloa sabe que la inflación es el veneno que mata mes a mes al Gobierno. Por eso, el presidente, Pedro Sánchez, ha puesto este martes toda la maquinaria a funcionar en el debate del estado de la nación con el despliegue de hasta 18 nuevas medidas anticrisis entre las que destaca un hachazo fiscal de 7.000 millones a bancos y empresas energéticas. El líder socialista se ha puesto el traje de presidente de izquierdas y satisface los deseos de su socio, Unidas Podemos, con más gasto social. Los morados no caben en sí de gozo pese a que, de cierta manera, Sánchez les haya 'robado' el alma de las clases medias y trabajadoras.
Sánchez intenta ganarse el favor de los españoles tirando de chequera en un momento de graves dificultades económicas. Y lo hace con la propuesta de gratuidad de los abonos de Renfe de Cercanías, Rodalies en Cataluña y media distancia y con la concesión de un beca mensual de 100 euros para todos los alumnos mayores de 16 años que ya disfrutan de una. El presidente del Gobierno da un golpe de efecto para retomar el pulso político tras el fiasco de la izquierda en las elecciones andaluzas y para marcar la agenda antes del cierre estival. Y es que el líder del PSOE no ha obviado que el 10,2% de inflación es "el gran reto de España".
El líder del Ejecutivo no se ha ido por las ramas, consciente de que solo una respuesta de izquierdas a una tortuosa crisis económica puede movilizar a los votantes que le dieron la victoria en 2019 y que le pueden dejar en Moncloa cuatro años más a partir de 2023. El núcleo duro de presidencia ha respondido a la desidia ciudadana que tiene a los españoles desconectados de la política, más pendientes de los letreros con los precios del combustible en las gasolineras. Solo el tiempo y el devenir de las medidas dirá si Moncloa ha acertado pulsando la tecla que el presidente Sánchez ha apretado este martes.
Soy plenamente consciente de las dificultades Pedro Sánchez, presidente del Gobierno
Sánchez ha intentado zafarse de la etiqueta de Gobierno insensible y ha dejado claro que su gabinete sí que tiene "alma": "Soy plenamente consciente de las dificultades cotidianas de los ciudadanos. Sé que los españoles están dejándose la piel. Sé que la escalada de los precios está haciendo difícil lo que ya era más difícil. Sé que por culpa de la inflación muchos ciudadanos están posponiendo proyectos futuros. Me hago cargo. Llevamos más de dos años de grandes sacrificios".
Pero sus palabras no han contentado, en absoluto, al PP. Tras finalizar la primera intervención del presidente, que ha durado poco más de hora y media, la portavoz, Cuca Gamarra, ha asegurado que el discurso de Sánchez ha sido "insultante": "Cuando ante los dos grandes problemas que sufren los españoles, las propuestas que hace el gobierno son ninguna. Pide el esfuerzo a los españoles cuando él no está dispuesto a hacer ninguno. Como hizo con la pandemia, delega la responsabilidad en los españoles".
En verdad, el presidente del Gobierno ha dado otro golpe encima de su coalición. Y es que todas las medidas que ha anunciado, de las que no ha avisado a Podemos con anterioridad, le sirven para 'robar' la bandera social a los morados. "Se acerca mucho a lo que necesita nuestro país. Sobre todo en materia tributaria. Es muy importante que las entidades financieras aporten recursos a las arcas públicas y muchas medidas de carácter social que tienen que ver con las becas, porque si hay una herramienta que garantiza la igualdad social es la educación", ha espetado la líder morada en Moncloa, Yolanda Díaz.
Todo futuro, nada pasado
Sánchez sabe que nada de lo que diga en referencia a lo que ha hecho ya su Gobierno va a calar en los españoles. Por eso se ha esforzado en hablar de "futuro". En cierta medida, el líder socialista se ha vestido de profesor y ha intentado explicar a los españoles por qué la inflación ha pasado del 0,5% de principios de 2021 al 10,2% de este mes. Y lo ha hecho, además, con la confianza de que baje el 6,5% a finales de año. Aunque en eso no se ha mojado, porque sabe que la guerra en Ucrania tiene al mundo sometido a una gran incertidumbre,
"Voy a hablarles del presente y del futuro, no del pasado. No me voy a ir por las ramas: el gran reto que hoy tiene España se llama inflación. Es una enfermedad grave. Porque empobrece a todos. Pero los españoles tienen que elegir entre médicos y curanderos que dicen que subir el Salario Mínimo Interprofesional perjudica la marcha de la economía y no crea empleo y que los gobiernos de izquierdas no gestionamos bien la economía", ha espetado Sánchez ante la atenta mirada del curandero en cuestión, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. El popular, sentado en el hemiciclo por su condición de senador, no ha dejado sonreír junto a Gamarra al comprobar que el marco de debate que ha impuesto Sánchez ha sido la economía.
Por si quedaba dudas, el líder del PSOE ha explicado a España que la inflación "no es un mal endémico de nuestro país": "Es un problema global. Nuestro país es sensible a la subida de los precios de la energía, porque gastamos más en ella. Y esa es la principal razón por la que nuestra inflación es algo superior a la de nuestros vecinos. Pero el Gobierno está dispuesto a asumir toda la responsabilidad. Pero no a aplicar soluciones engañosas e injustas".
No sabemos lo que va a pasar en los próximos mesesPedro Sánchez
Sánchez ha incidido en que, efectivamente, el alza de los precios no es culpa de su Gobierno. Y por eso se ha lavado las manos. La incertidumbre es tal que no tiene certezas que ofrecer a los ciudadanos: "¿Qué va pasar en los próximos meses? La única verdad es que no lo sabemos. Dependerá de si [Vladímir] Putin cortará o no el suministro de gas… dependerá de la marcha de las grandes economías, con la china. No podemos descartar nada", ha zanjado el presidente en tono grave.
La previsión del líder socialista es que ese probable movimiento del presidente ruso, dispuesto a dejar a Europa sin gas, afectará a España. ¿Cómo puede verse España afectada? Somos menos dependientes del gas ruso que otros países. Nuestra apuesta por las energías renovables nos tiene mejor preparados. Pero esta situación nos puede afectar. Una desaceleración de las economías de Estados Unidos y de Alemania hará que España crezca menos", ha avanzado el presidente.
Los aliados del presidente en Moncloa han aterrizado este martes en la Cámara sin saber qué iba a anunciar Sánchez. Y así lo ha reconocido, muy enfadada, la lideresa morada, Yolanda Díaz. Si el secretario general del PSOE ha dado un golpe de efecto a la coalición, la onda sísmica ha removido también a la vicepresidenta, quien arrancó el pasado viernes su proyecto político, Sumar, con el discurso de la izquierda de siempre.