Duke Bucham III, 54 años, el nuevo embajador de los Estados Unidos en Madrid, rompe la tradición de los representantes de los EEUU en España. Habla perfectamente el castellano y "tiene un buen conocimiento del catalán", de acuerdo con la nota emitida por la Casa Blanca. Pendiente del visto bueno del Senado nortamericano, Bucham tomará el relevo de James Costos, un sofisticado empresario del sector audiovisual que regresó a su país sin avanzar demasiado en el conocimiento de la lengua española. Su predecesor Alan Salomont tampoco lo logró.
Ni diplomáticos de carrera, ni conocedores del castellano. Es la línea habitual de Washington a la hora de designar a su representante en Madrid. Suele tratarse de empresarios que han colaborado en la campaña electoral del presidente de turno. Costos recabó fondos en pro de Obama en tanto que Bucham hizo lo propio para Donald Trump.
Duke y Donald son buenos amigos desde hace años. Sus hijos iban al mismo jardín de infancia. Pasaron luego a compartir rincón de vacaciones en Palm Beach, donde ambos tienen sendas mansiones de descanso y donde está la sede de la Hunter Global Inverstors, la compañía del nuevo embajador.
Bucham es amante de España y del español. Viajó en su adolescencia a Valencia, ciudad a la que regresó en varias ocasiones. Allí aprendió la base de su catalán. También curso un año en la universidad de Sevilla centro base de sus excursiones por algunas zonas de nuestro país. Tiene un grado de Económicas y español por la Universidad de Carolina del Norte, el estado en el que nació y también hizo un máster en Escuela de Negocios en Harvard.
Rajoy viaja a la Casa Blanca
Quería ser embajador a toda costa en algún país de habla hispana. Argentina, México... eran algunos de sus destinos favoritos. Trump le ha compensado con creces los casi 800.000 dólares que logró para su carrera hacia la Casa Blanca con el puesto preferido. La embajada de Estados Unidos en Madrid, un lugar al que siempre ha querido volver, según fuentes diplomáticas de los EEUU.
La Administración Trump pretende mantener unas estrechas relaciones con Madrid, de acuerdo con fuentes norteamericanas. Apenas 24 horas después de despejarse la duda sobre quién sería el elegido como embajador en Madrid trascendió la noticia de que Mariano Rajoy sería recibido en visita oficial en la Casa Blanca los días 25 y 26 de septiembre. Se trata de fechas tentativas, que aún buscan acomodo en la agenda de Donald Trump, quien, en sólo seis meses en el poder, ya ha recibido a Merkel, May y Gentiloni. Makron está en lista de espera.
Rajoy se ha pronunciado siempre con enorme sutileza al ser preguntado sobre el presidente de los Estados Unidos. Otros mandatarios europeos se mostraron mucho más escépticos y hasta críticos. El único encuentro personal entre ambos dirigentes tuvo lugar a finales de mayo en Bruselas, con ocasión de la cumbre de la OTAN, fue un saludo breve y esporádico. Rajoy ya había conversado telefónicamente con Trump en dos ocasiones, una antes y otra después de su elección como presidente.
El temario está por diseñar. En el Palacio de Santa Cruz se alinean asuntos pendientes como las relaciones comerciales tras el Brexit, el envío de más tropas a Afganistán, el incendio de Venezuela y el sempiterno asunto de las bases. La Casa Blanca deberá confirmar si, finalmente, el viaje se confirma. Tendría lugar a muy pocas fechas del previsto referéndum catalán. Los episodios del 1-0 también podrían alterar las agendas.