2024, 2030 y 2035. Esos son los años que el Ejército de Tierra se ha marcado como plazo para dotar a sus efectivos de un exoesqueleto que les ofrezca un mayor blindaje y potencie sus habilidades. El proyecto se recoge bajo el programa Brigada 2035 y aspira a incorporar una batería de medidas tecnológicas a las unidades del cuerpo. Fuentes militares consultadas por Vozpópuli detallan que el plan de los exoesqueletos pasó unas pruebas "destacadas" el pasado mes de marzo y confían en su implementación absoluta mediante un programa de tres fases.
La incorporación de los exoesqueletos forma parte del programa de Sistema de Combatiente a Pie (SISCAP), que pretende aumentar las capacidades del militar mediante nuevas tecnologías. La Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa coordina la gestión de todos estos elementos, tanto en su fase de investigación como en su validación operativa.
Se espera contar con tres demostradores a finales de este semestre; tres modelos de sistemas integrales que se incorporarán en tres fases. En lo relativo a los exoesqueletos, los objetivos marcados se centran en corto, medio y largo plazo. La empresa GOGOA Mobility Robots es la encargada de dotar, por el momento, de estas capacidades al Ejército de Tierra.
Las tres fases
En una primera fase -marcada para el año 2024-, se pretende certificar todo el sistema relacionado con el "aligeramiento de la carga del soldado a pie mediante el uso de sistemas robóticos y autónomos de acompañamiento para cargas pesadas", señalan fuentes del Ejército de Tierra a este diario. En una de las fotografías a las que ha tenido acceso Vozpópuli se puede ver un sistema para que el militar pueda sostener armamento pasado con un esfuerzo mucho menor.
En el año 2030 se incorporarán "medidas adicionales" para que el soldado pueda llevar "cargas muy pesadas" o le faciliten los trabajos "de gran exigencia física". Las mismas fuentes citan como ejemplo el traslado de herramientas voluminosas y pesadas: un exoesqueleto mecánico que refuerce los movimientos del militar. El sistema no difiere en exceso al que se emplea en otros ámbitos, principalmente en el sanitario, para subsanar lesiones permanentes.
Y finalmente, en 2035, "se valora que existirá un nivel de tecnología suficiente" para la implementación de un "exoesqueleto completo" para aumentar las capacidades del combatiente. "Los exoesqueletos pasivos funcionan almacenando la energía de aquellos movimientos que se efectúan a favor de la gravedad para devolverla en los que se efectúan en contra, como el levantamiento de sacos terreros, el llenado de una hormigonera o el traslado de las piezas del puente logístico bailey, consiguiendo un aumento notable en el rendimiento en el trabajo delos que lo probaron", señalan desde el cuerpo.
La Brigada 2035
La incorporación del exoesqueleto forma parte de un plan más ambicioso del Ejército conocido con el nombre de Brigada 2035, que pretende renovar las estructuras de las unidades. El pilar sobre el que se sostiene este proyecto es el vehículo blindado 8x8, bautizado como Dragón. En torno a él y a sus capacidades tecnológicas se articula el nuevo concepto de brigada, que aspira a ser más versátil y adaptado a los nuevos entornos.
El desarrollo del vehículo 8x8 sufrió algunos contratiempos en sus fases iniciales, como retrasos por parte de la industria y las dificultades para articular un concurso público en el que encajase una propuesta cien por cien nacional. El pasado mes de agosto, Defensa firmó el contrato en el que se contemplaba la fabricación de 348 unidades para el Ejército de Tierra en la próxima década. El encargo corre a cuenta de TessDefence S.A., que incluye a Sapa Operaciones S.L., Indra Sistemas S.A., Escribano Mechanical & Engineering S.L. y Santa Bárbara Sistemas S.A.