Como el algodón, la estadística no engaña: España es la oveja negra del desempleo. Con un 21,52% según el INE y un 22,9% según Eurostat, el paro es el fardo con el que el país acude a los mercados, a las cumbres internacionales. Una lacra que ya ha achicharrado a un Gobierno y que crece sin cesar, dando pie a ideas variopintas procedentes de toda índole –organizaciones, patronales, sindicatos, fundaciones, partidos- para atajar un mal que, hace tiempo, es endémico y terrible.
Un problema-país: la media de desempleo de la Eurozona es del 10,3% (del 9,8% en toda la UE), números que España destroza. Sobre el papel, solo la maltrecha Grecia (que sube espectacularmente: 18,8% en noviembre de 2011, cuando un año antes apenas rebasaba el 13%) aguanta el paso. Y llueven las recomendaciones: de la OCDE, del FMI, de la Comisión Europea, de líderes mundiales como Obama, Merkel o Sarkozy. Pero, ¿en realidad la tasa de paro en países supuestamente punteros es tan baja como se cree?
Vozpópuli ha estudiado las triquiñuelas estadísticas que se producen en Francia, Alemania y EEUU. Y lo que pasaría si utilizasen criterios similares al español. ¿Mantendrían una calificación tan alta de la deuda? ¿Acudirían a los organismos internacionales con el mismo semblante? ¿Cómo reaccionarían sus opiniones públicas?
EEUU, la mitad del paro escondido
La tradicional transparencia anglosajona permite contemplar sin dificultad las argucias norteamericanas. Basta acudir al Bureau of Labour Statistics (BLS), la oficina sobre estadísticas laborales, para dar cuenta de ello.
De los tres países abordados, Estados Unidos quizá sea el país que contiene más problemas de carácter estructural. Potencialmente, no solo esconde la mitad del paro que debería reflejar si utilizase criterios españoles, sino que oculta en una especie de limbo a una masa no considerada laboral cuyo número es, atención, de más de 80 millones de personas. Tremendo.
Oficialmente, su tasa sigue siendo baja en tiempos de crisis (8,5%). No obstante, según el BLS, el total de desempleados sumado a las “personas marginalmente ligadas a la fuerza laboral”, al que se le añade “el total de empleados a tiempo parcial por razones económicas”, da un nada desdeñable 15,2%, el doble.
Ahí no termina la cosa. Siempre según el BLS, la población en edad de trabajar es de 240 millones, de la cual solo se considera fuerza laboral a 153 millones. De esta última cifra, solo 13 millones estarían desempleados (lo que da el 8,5% oficial de desempleo). Lo malo son los 86,5 millones de habitantes que están en edad de trabajar y no entran en ninguna de las anteriores estadísticas. ¿Qué ocurre con ellos?
Francia, categorías y trucos
Victima de las manipulaciones de los gobiernos de Francia, la cifra oficial del paro esconde a un tercio de los parados. Es decir, si la tasa de paro alcanza el 10% de la población activa, más bien habría que plantear la escandalosa cifra del 15% como mínimo.
El truco: Las categorías. El paro oficial sólo considera a los franceses que no han trabajado durante el mes. Son 2,8 millones de personas, la categoría A, a la que no están añadidos los parados que han trabajado, incluso a tiempo parcial –categorías B y C–. Tampoco se considera a los que reciben ayudas que no sean del paro, es decir, “más de 1 millón de personas sin trabajo pero no oficialmente parados” según Sophie Hancart, redactora jefe del sitio galo actuchomage.org. Igual para los jóvenes no inscritos o los que dependen de otra persona trabajadora.
Hay incluso peor: la categoría E, “la 'categoría parking', para los parados de larga duración que benefician de los “contratos ayudados”, subvencionados por el Estado para asociaciones, servicios públicos y empresas que no pagarán ninguna cotización o recibirán ayudas. En general, son contratos cortos y mal pagados. “Es la argucia: los políticos usan los contratos ayudados para rebajar la cifra del paro de forma temporal”, acusa Sophie. ¿Un ejemplo? El mismo presidente Sarkozy, que ha insistido en crear 225.000 contratos ayudados en el primer semestre de 2012 de los 340.000 previstos por el Ministerio de trabajo. Así decenas de miles de personas pasarán de la categoría A, la oficial, a la categoría E. Antes de los comicios presidenciales, en el próximo mes de mayo, el presidente pretende atribuirse un mérito más para ganar contra François Hollande.
Alemania, 20% de trabajadores pobres
En plena crisis de la eurozona, Alemania puede regocijarse: tiene la tasa de paro más baja de su historia desde la reunificación, un 7% de media en 2011. Muchos han glorificado a las reformas emprendidas por Gerhard Schröder para reducir el paro, creando el kurzarbeit, un “trabajo corto” de hasta 400 euros al mes.
El propósito es reducir el paro, pero lo que fomenta es precariedad. Según la Oficina Federal de Estadísticas de Alemania, de 1999 a 2009, los ‘minijobs’ suben un 47%, los contratos a tiempo parcial un 28% y los temporales, ¡un 131%!, mientras que los contratos indefinidos sólo subían un 4%. Discretamente, el gobierno también recalificó a más de 200.000 parados de 58 años en adelante, quitándoles de las listas del paro sin explicar el por qué. El portavoz del Ministerio de trabajo tuvo que reconocer que “ sólo un 43% de los séniores en paro estaban registrados en las listas oficiales.”
Alemania ha hecho lo que ahora Merkel considera como referencia para España: convertir los parados en precarios, sin derecho a la jubilación. En 2010, un informe del Instituto del Trabajo alemán establece que 6,5 millones de personas en Alemania ganan menos de 10 euros la hora. En el periódico Die Welt, concluía un director de una agencia del paro de Alemania: “La verdadera cifra no es 3 millones de parados, sino 9 millones de precarios.”