El descalabro de la candidatura de Madrid 2020 para acoger la Trigésimo Segunda Olimpiada ha dejado muy mermada la figura política de la alcaldesa de la ciudad, Ana Botella, para presentarse a la reelección en 2015 y alcanzar un amplio respaldo en la cita electoral municipal. Botella -que reaparecerá en un desayuno informativo este jueves- no fue elegida como regidora en las urnas, pues no lideró la lista del PP por la capital en 2011 y llegó al puesto tras la marcha de Alberto Ruiz-Gallardón al Gobierno de Mariano Rajoy. Al respecto, y entrelíneas, se refirió ayer la presidenta del PP de Madrid en un artículo publicado en ABC: "Con el sistema electoral español y sus listas cerradas y bloqueadas, los partidos políticos, aún sin quererlo, han acabado por funcionar de manera que la opinión de los militantes no tiene ni siquiera cauces para ser conocida por los dirigentes".
En este sentido, la ex jefa del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid apuntó a la necesidad de establecer sistemas "adecuados" para que las opiniones de los militantes lleguen a las cúpulas de los partidos. Y subrayó: "No cabe duda de que las primarias para designar candidatos podrían ser uno de esos sistemas". Precisamente por aquí pasa la principal preocupación de la líder de los populares madrileños, que en privado se descarta de suceder a Ana Botella al frente de la Alcaldía de la capital. Fuentes del entorno de Aguirre afirman a Vozpópuli que “su mayor aspiración es ganar el pulso a Génova para instaurar primarias en la sede madrileña y no seguir la misma vía que en el País Vasco con la designación de Arantza Quiroga”.
Desde la dirección nacional se negaron el pasado mayo a organizar un congreso extraordinario en esta comunidad para decidir mediante delegados y votación en urna quién tomaba las riendas del PP vasco después de que su presidente, Antonio Basagoiti, abandonara el puesto por su fichaje por el Banco Santander en México. Si bien Baisagoiti defendió entonces que la elección por parte la Junta Directiva del PP vasco se ajustaba a los estatutos del partido, Aguirre también ve perfectamente asumible por la normativa interna de los populares madrileños la celebración de primarias.
Si bien Basagoiti defendió entonces que la elección de la Junta Directiva del PP vasco se ajustaba a los estatutos del partido, Aguirre también ve perfectamente asumible por la normativa interna de los populares madrileños la celebración de primarias
Las fuentes consultadas ven a Aguirre “muy cómoda en una segunda línea política, sin más aspiraciones de responsabilidad de gobierno”, neutralizando así movimientos en las bases para llevar a Aguirre hasta el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid. Sin embargo, no descartan que pilote “de cerca” la búsqueda de un sucesor para Ana Botella, con la que mantiene, al mismo tiempo, una buena relación. De hecho, cuando la continuidad de la alcaldesa madrileña estuvo en la picota a raíz de la tragedia del Madrid Arena, que se saldó con cinco víctimas mortales, la ex presidenta autonómica salió abiertamente a defender a su compañera de partido.
"Hay que decir alto y claro que siempre dio la cara desde el primer momento" tomando "decisiones duras y dolorosas para cumplir con el compromiso de llegar hasta el final", sentenció Aguirre el pasado marzo, en alusión a la actitud de Botella sobre la negra noche de Halloween. En enero, la líder de los populares madrileños ya se borró de la carrera sucesoria -para la que ahora quieren algunos recuperar tras el desastre de Madrid 2020- al manifestar, en una entrevista en Telecinco, que ella está en "otra etapa" de su vida, mientras "hay gente joven, capacitada, con experiencia y magnífica para presentarse a la Alcaldía en el supuesto de que Ana no quisiera".
No obstante, desde el PP madrileño no son capaces de poner nombre a estos perfiles y observan una “falta de posibles sucesores” que se encuentren bien posicionados en esa carrera. En algunas quinielas han aparecido las opciones del presidente del Senado, Pío García-Escudero, y de la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, pero van perdiendo fuerza. En el primer caso, el nombre de García-Escudero está lastrado por su aparición en los papeles de Bárcenas. Ha llegado a reconocer ante el juez que ha cobrado del PP 236.000 euros en sobresueldos en cuatro años. Por su parte, la figura de Cifuentes, que abandonó ayer la UCI para seguir recuperándose de su accidente de moto ya en planta, tiene un factor que juega en su contra: su impopularidad se acrecienta. Hasta tal punto que pese a estar semiconsciente y con respiración asistida, un centenar de trabajadores del Hospital Universitario La Paz se manifestó a las puertas del centro para gritar contra ella: "Que se vaya a la privada".