La relación de Francisco Granados y Esperanza Aguirre era casi inexistente en el momento en que el exconsejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid fue detenido por su implicación en la Trama Púnica. Así se deduce de la transcripción de las escuchas telefónicas que incluye el sumario de esta operación anticorrupción, en las que el exsenador critica abiertamente a Aguirre e incluso se burla del incidente de tráfico que protagonizó en el centro de la capital de España, en el que supuestamente se enfrentó a los agentes de movilidad y se fugó del lugar de los hechos a bordo de su coche.
Esta referencia se encuentra en el tomo 23 del sumario y pertenece a un cruce de mensajes de texto que Granados efectuó con su mujer, María Nieves Alarcón, el pasado 5 de septiembre. Es decir, pocas semanas antes de su detención. En esta cadena de 'SMS', el matrimonio ironiza sobre este suceso:
-Hora 13.22: "Francisco Granados recibe un SMS de Nieves (esposa): La Audiencia de Madrid califica de delito el incidente de tráfico de Esperanza Aguirre. Q pena.....".
-Hora 13.23: "Francisco Granados envía un SMS a Nieves (su esposa): Una pena...".
-Hora 13.24: "Francisco Granados envía un SMS a Nieves (su esposa): Ya me han fastidiado el fin de semana con el disgusto".
El considerado como urdidor de la Púnica dimitió de sus cargos de senador y diputado autonómico en febrero de 2014, después de que apareciera una cuenta en Suiza a su nombre con un saldo de 1,5 millones de euros. Desde ese momento, su carrera política murió y su relación con Esperanza Aguirre se convirtió en prácticamente testimonial. Su malestar por ser apartado del núcleo de decisión del partido queda patente en algunos fragmentos del sumario, en los que confiesa a algunos de sus contactos su incomodidad por el rumbo del PP.
En este caso, lo comparte con su mujer, María Nieves Alarcón, cómplice de su marido, según sospechan los investigadores, e imputada en el caso por cargos como el de blanqueo de capitales y el de cohecho. Durante la década en la que los cabecillas de Púnica tejieron su amplia red de amaños de contratos públicos y tráfico de influencias, Alarcón recibió retribuciones de hasta siete pagadores distintos, algunas de menos de 100 euros, por las que sólo un año, 2008 -curiosamente el año de más ingresos de su marido- superó los 40.000 euros.
Los pinchazos realizados por la Guardia Civil durante la investigación del caso sugieren que Alarcón estaba al tanto de algunas de las actividades presuntamente ilícitas de su marido. También desprenden que conocía su relación con Cristiane Jucar, la joven brasileña a la que la Benemérita considera como su "amante" en algunas transcripciones de las escuchas y a la que el juez Eloy Velasco sospecha que Granados dio dinero para pagar el alquiler de su vivienda y para que inaugurara una agencia de modelos y azafatas. Francisco Granados transmite a Jucar el enfado de su mujer en una llamada telefónica por uno de estos favores económicos. "Francisco Granados realiza ilamada a Cristiane. Francisco dice que su mujer le ha echado en cara que Francisco le ha amueblado un piso a Cristiane en el Barrio de Salamanca", recoge el sumario.