Gao Ping, el empresario chino acusado de ser el principal cabecilla de la trama de lavado de dinero negro desmantelada en la Operación Emperador, ha demostrado ser un hombre previsor. El pasado 12 de abril, cuatro días antes de que el titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, ordenara su reingreso en prisión, decidió cesar de todos sus cargos en una de sus sociedades más apreciadas: el Centro Cultural Hispano Chino SL. Según recogía una semana después el Registro Mercantil, ese día Ping dejó de ser consejero, apoderado y secretario de la compañía, y cedía este último cargo a un compatriotra, Lin Y. La Policía investiga esta empresa ante la sospecha de que fuera una de los instrumentos mercantiles utilizados por el empresario chino presuntamente para lavar el dinero de sus suspuestas actividades delictivas.
Los 'pinchazos' telefónicos a la esposa de Gao Ping revelan que éste se había centrado casi en exclusiva en la compra-venta de arte moderno y mostraba "desinterés" por el resto de los negocios
La decisión de Gao Ping se produjo cuando ya sabía que el juez Andreu le había citado a declarar junto a otra decena de imputados de la Operación Emperador, entre ellos su mujer, Lizhen Yang, que había conseguido abandonar la prisión a finales de noviembre tras un error judicial. La citación era, de hecho, la consecuencia lógica del auto que había dictado la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo unas semanas antes por el que, además de archivar la querella que contra el propio magistrado y los dos fiscales del caso había presentado una de las detenidas, se echaba por tierra los argumentos esgrimidos por la Audiencia Nacional para ordenar la puesta en libertad del presunto cabecilla de la mafia china y otros dirigentes tras haber superado el máximo legal de 72 horas de detención. Finalmente, el 16 de abril, y tras tomarle de nuevo declaración, el juez Andreu ordenaba su ingreso en prisión por riesgo de fuga y por su "papel preponderante" en la organización mafiosa.
Cuando fue detenido el pasado mes de octubre, Gao Ping aparecía como responsable de trece empresas, mientras su mujer figuraba en los equipos directivos de otra decena de mercantiles. Todas ellas conformaban supuestamente la columna vertebral de la organización delictiva. La mayor parte de estas sociedades tenían como objeto social el comercio al por mayor y al por menor de todo tipo de productos para los bazares 'todo a un euro' de la comunidad china española. Sin embargo, el Centro Cultura Hispano Chino SL había sido creado en diciembre de 2010 con un capital social de más de 2 millones de euros para una actividad totalmente distinta: prestar "servicios de enseñanza, educativos y culturales". En realidad, la compañía era uno de los instrumentos a través del cuales Gao Ping se dedicaba a una de sus pasiones: el coleccionismo de arte chino, del que se había convertido en un mecenas.
"Desinterés" por el resto de las empresas
Ya en 2007, el empresario chino ahora encarcelado había creado la Fundación de Arte y Cultura (IAC) que, según su propia página web, nació como plataforma cultural para promover el intercambio y desarrollo de arte entre España y China. Con ese mismo propósito, en su país fundó el centro de Arte Contemporáneo Iberia de Pekín. Y el mismo año en el que fundó la empresa de la que ahora se ha desvinculado, abrió en Madrid, junto al Museo Reina Sofía, la galería Gao Magee. Además el empresario patrocinaba la revista Art in China, editada en chino y español.
Gao Ping aún mantiene cargos directivos en doce empresas, la mayor parte de ellas dedicadas a la importación y exportación de productos para los bazares de 'todo a un euro'
De este modo y poco a poco, se había volcó en la compra-venta de arte moderno hasta el punto de que en los meses anteriores a su arresto dejó el control del resto de sus empresas en manos de su mujer y varios de sus hombres de su confianza. Una actitud que le había distanciado de su propia esposa como quedó recogido en los pinchazos telefónicos. En algunos de ellos, se escuchaba a Lizhen Yang criticar que su marido se dedicara casi en exclusiva a la compra venta de arte moderno y mostrase "desinterés" por la marcha del resto de la red. La Policía llegó a asegurar en un informe incorporado al sumario que esa crisis matrimonial se mantuvo hasta la detención de ambos el pasado 16 de octubre.
Ahora, sin embargo, parece haber cambiado de estrategia. Tras abandona la empresa con fines culturales, Gao Ping mantiene sus cargos en otras doce mercantiles. Una de ellas también tiene relación con el arte: Magee Art Gallery SL, que gestiona la galería abierta en el centro de Madrid, y donde aparece como administrador solidario. El resto está dedicada a la importación y exportación de productos, o a negocios inmobiliarios. Así, es socio único y administrador de Yao Fang SL y Iber Euro 2002 SL. En Espacio Tao SL, International Trade City Import-Export SL y Wooden Horse Press SL es administrador único, mientras que en Spanish Team China SL y Nueva City Gran Oriental figura como administrador solidario. Por último, en Novena Finca SL, dedicado a la compra-venta de inmuebles, es administrador mancomunado. Todo un imperio para uno de los internos más célebres de la madrileña cárcel de Soto del Real.