El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, interrumpió este miércoles su descanso veraniego para atender la llamada telefónica del primer ministro británico, David Cameron, solicitada por Londres 24 horas antes de efectuarse la comunicación, sobre la escalada de tensión en la frontera con Gibraltar. Ambos acordaron que sean los ministros de Exteriores de los dos países, José Manuel García-Margallo y William Hague, quienes aborden conjuntamente esta cuestión. De esta forma, aunque el clima continúa enrarecido en la zona (los controles de acceso a Gibraltar se endurecieron en la tarde de este miércoles pese a la relativa tranquilidad de la mañana, aumentado las quejas de conductores y turistas por esperar "cuatro horas"), la respuesta de Rajoy ha sido no modificar sustancialmente su agenda para pilotar las negociaciones desde Moncloa, evitando convocar un gabinete de crisis (con la presencia de ministros implicados) ante el mayor conflicto diplomático con Reino Unido desde que iniciara su mandato.
Reino Unido aún no se ha comprometido públicamente a dejar de realizar vertidos ilegales que hacen imposible faenar a los pesqueros españoles, suponiendo una agresión medioambiental y una violación de la legislación europea
Así, la agenda del jefe del Ejecutivo permanecerá inalterable, por lo que, siguiendo el calendario previsto, mañana hará un receso en su retiro estival en la localidad pontevedresa de Ribadumia y se desplazará a Palma de Mallorca para mantener el tradicional despacho con Don Juan Carlos en el Palacio Marivent. Fuentes de Moncloa apuntaron a Vozpópuli que el grueso de las negociaciones recaerá en el jefe de la diplomacia española y su colega británico. De hecho, ambos ya mantuvieron ayer una conversación telefónica en la que se comprometieron a rebajar la tensión y buscar una “solución diplomática”, creando “grupos de trabajos ad hoc” en los que además de España y Reino Unido estén presentes otras autoridades con competencias en estas materias e intereses en la zona. Sin embargo, a última hora de ayer Gibraltar negó en un comunicado que se vayan a crear dichos grupos, desmintiendo así al departamento de García-Margallo.
Por su parte, el Ministerio británico de Asuntos Exteriores informó en un comunicado de que Hague se puso en contacto con García-Margallo para "saludar el compromiso" de Mariano Rajoy de "reducir los controles" en Gibraltar. En la misma línea, un portavoz de Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, indicó que Rajoy “se ha comprometido a rebajar las medidas en la frontera". Esta versión dista de la ofrecida por las mismas fuentes de Moncloa, según las cuales el jefe del Ejecutivo explicó a su homólogo de Reino Unido “el desarrollo de los controles en la Verja, que obedecen al cumplimiento de su obligación de control para evitar tráficos ilícitos".
El periódico The Guardian cita fuentes de Downing Street para recalcar que la "queja directa a primer nivel ministerial fue apropiada" y asegura que el conflicto en la zona del Peñón "no se va a disipar este mes"
Entretanto, no hay constancia, ni desde el Gobierno de Rajoy, principal afectado, ni desde Londres, de la correspondiente cesión de la contraparte, en este caso, Reino Unido. El Ejecutivo británico aún no se ha comprometido públicamente a dejar de lanzar a través de empresas de su país bloques de hormigón al fondo de mar, haciendo imposible faenar a los pesqueros españoles. Este asunto es la causa principal de que el Gobierno incrementara los controles en la frontera con Gibraltar, forzando así a Londres a frenar estas prácticas en aguas próximas al Peñón, en tanto suponen una agresión medioambiental y una violación de la legislación europea.
En la prensa británica no existen dudas de que el Ejecutivo ha dado marcha atrás ante la reacción de David Cameron. Así, por ejemplo, el diario The Telegraph, afín al Partido Conservador, recoge los hechos afirmando que España "recula" en la disputa sobre Gibraltar tras "una llamada de 15 minutos" del premier. De igual modo, el periódico The Guardian cita fuentes de Downing Street para recalcar que la "queja directa a primer nivel ministerial fue apropiada". Además, asegura que "el conflicto no se va a disipar este mes".