Mientras la 'marcha negra' se aproxima pacíficamente a Madrid, los mineros siguen causando importantes quebraderos de cabeza a las Fuerzas de Seguridad en las localidades de las cuencas de Asturias y Castilla y León. Desde el inicio de las protestas por el recorte en más de un 60% en las ayudas al sector de la minería del carbón, la Guardia Civil ha detenido a 63 personas e imputado a otras siete por desórdenes públicos, según los datos que manejan en el Instituto armado y a los que ha tenido acceso Vozpópuli. Además, treinta agentes han resultados heridos en el transcurso de los mismo. El último, ayer, cuando un vehículo intentó arrollar a un guardia civil en el kilómetro 44 de la A66, en el término municipal de Mieres (Asturias). De hecho, ayer fueron arrestadas tres personas en esta misma localidad del Principado.
Ayer se produjeron tres nuevos arrestos y un guardia civil resultó herido al evitar ser arrollado por un vehículo
Los primeros detenidos por la prostesta minera se produjeron el pasado 4 de junio, cuando fueron arrestados diez manifestantes. Desde entonces, el goteo ha sido prácticamente continuo. Así, dos días después eran detenidos otros tres, y siete más eran imputados. Un día más tarde, los arrestados fueron tres. El 11 de junio, hubo ocho detenidos más y al día siguiente se alcanzaron los once, el mayor número desde que se iniciaron las protestas sólo igualado con los del pasado 2 de julio. El resto de las jornadas se han saldado con cifras diversas: cinco detenidos el 15 de junio, uno más el 20 de junio; otros cinco el 25 de junio; tres más dos días más tarde, y, finalmente, los tres de ayer. En total, 63 detenidos y siete imputados en 35 días de conflicto, a una media de dos por día. Por comunidades, el mayor número de detenidos se ha producido en Asturias, 39 arrestos. En la provincia de León se han registrado los 24 restantes y los siete imputados.
La virulencia que ha alcanzado en algunos momentos las protestas, con barricadas y el lanzamiento de cohetes y otros objetos a los agentes de la Guardia Civil, ha obligado al Ministerio del Interior a trasladar a las localidades cercanas a las cuencas mineras a un total de 200 agentes de los Grupos Rurales de Seguridad (GRS, los 'antidisturbios' del Instituto armado). Hasta el momento, las Fuerzas de Seguridad contabilizan un total de 30 heridos. El parte de incidentes de ayer es una buena muestra de la intensa actividad de los mineros en estas zonas. Además del incidente en Mieres que dejó un guardia civil herido y tres detenidos, los piquetes mineros atravesaron seis camiones y un autobús en la carretera a su paso de Sena de Luna (León), hubo cortes de carretera por quema de neumáticos en otras cincos localidades e, incluso, una amenaza de bomba en Gijón. "Y así todos los días", señalan fuentes del Instituto armado.
Llega la marcha negra a Madrid
Mientras esto ocurre en las localidades de las cuencas mineras, la marcha negra hace hoy su entrada en Madrid. Está previsto que sobre las siete de la tarde se unan la procedente de Asturias y Castilla y León con la columna que partió de Aragón tras quince días de caminata. El punto de encuentro es el paraninfo de la Ciudad Universitaria de la capital. Para ello, la primera de las marchas deberá, sin embargo, modificar el recorrido previsto ya que la Delegación del Gobierno en Madrid le ha denegado el permiso para que discurra los últimos kilómetros por la A-6. Su titular, Cristina Cifuentes, alega las "razones de seguridad vial" recogidas en un informe de la Guardia Civil que habla de la "peligrosidad" de la autovía escogida en un primer momento por los mineros para entrar en la capital. Ahora, y salvo que la Justicia eche para atrás la decisión de la delegada, deberán hacerlo por la carretera M-500.
El objetivo sigue siendo el mismo: unirse con la columna de mineros que partió de Aragón en la Universidad Complutense a media tarde, desde donde caminarán juntas hacia la Puerta del So. Allí tienen previsto llegar sobre la una de la madrugada. Los organizadores ya han anunciado que no está en sus planes pernoctar en la emblemática plaza madrileña y que, al término de la protesta, volverán al recinto universitario a pasar la noche. El día siguiente, miércoles, es el día culminante de su movilización, con una manifestación entre la céntrica Plaza de Colón y el Ministerio de Industria, donde esperan reunir a 25.000 personas, muchas de ellas llegadas en autobuses desde las cuencas mineras en las horas previas al inicio de la misma.